La famosa expresión “Si
los perros ladran, Sancho, es porque cabalgamos” es ampliamente usada para decir
que algo o alguien avanza pese a las críticas, los obstáculos y los problemas
que se le presentan.
Durante mucho tiempo,
se tuvo la certeza de que esta frase había sido extraída de los libros de
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, sin embargo, en ninguna de sus
dos partes aparece alguna referencia. Ni nada que pudiera parecerse.
Todo hacer suponer
que el hecho de que esté incluido el nombre del fiel compañero de aventuras de don Quijote,
Sancho Panza, haya hecho pensar que de allí provenía la expresión.
Muchos investigadores
afirman que la primera constancia escrita de una frase similar, que podría
haber dado origen a ésta, fue obra del poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe,
quien en 1808 publicó el poema titulado “Ladran” (Kläffer), el cual decía:
En busca de fortuna y de placeres
Más siempre atrás nos ladran,
Ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero
Por siempre acompañarnos
Pero sus estridentes ladridos
Sólo son señal de que cabalgamos.
Al parecer, fue de
este poema de donde obtuvo Rubén Darío -casi un siglo después- la inspiración para acuñar una expresión que
solía decir cuando era criticado debido al mestizaje de su origen.
Dicha expresión ya
traía incorporado el nombre de Sancho, pero lo que no se sabe es por qué el
poeta nicaragüense se la añadió: “Si los perros ladran, Sancho, es señal que
cabalgamos”. Cabe destacar que hubo incluso quien quiso atribuírsela a Miguel
de Unamuno.
También se puede
encontrar esta expresión proverbial en la forma de “Ladran, señal que
cabalgamos” o “Ladran, luego cabalgamos”.
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