Este
mes fue la presentación del libro Un día
como cualquiera, del joven escritor hondureño Miguel Acosta, en el espacio
que ocupa la Librería Universitaria del Alma Máter.
"Fue
exorcizante, porque siento que escribir es librarse de experiencias", dice
Acosta, refiriendo el proceso y posterior publicación de su primer libro, del
que dice también que hay veces esperaría fuera solo el primero.
Este
ejemplar, que contiene once cuentos, viene a fortalecer la literatura hondureña, un aporte al quehacer
literario del país, y más allá de esto, que surge desde la inconformidad de los tiempos actuales.
"Estos cuentos nos dejan la huella que una ciudad convulsionada imprime sobre
sus habitantes. Parece que no hay escape, el amor, llamémosle obsesión también,
la desesperación, la locura, tienden sus lazos y los hombres y mujeres caen
como ciegos ante esa trampa inevitable que llamamos destino", dice el
poeta Ludwing Varela respecto de Un día como cualquiera.
Y
continúa: " En una oficina un hombre piensa en la muerte como en una
amante a la que tiene miedo de conocer. Por las calles que tienden a volverse
laberintos sin salida, un hombre deambula esperando estar en el lugar preciso
para construir la obra precisa (…) Al final, cada personaje podría ser usted o
yo en un día como cualquiera, porque los días como cualquiera también son para
soñar, para obsesionarnos, para esperar como locos lo que nunca vendrá, para
revolcarnos sin saber que será la última vez que lo haremos, pero también para
morir, ya sea en el sueño de alguien o el sueño de Dios, pero con la certeza,
claro, que todo ocurrirá un día como cualquiera".
Si
usted es un lector que anda en búsqueda de buenas propuestas literarias nacionales
y desea adquirir un ejemplar, abóquese con su autor, Miguel Acosta.
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