¿Nacemos
todos bajo el pecado original? ¿Era universal la misión de Jesús?
¿Verdaderamente Jesús resucitó y ascendió a los cielos? ¿Tenía Pablo un
Evangelio diferente al de los otros apóstoles? ¿Es la salvación por fe o por
obras? ¿Fue la ley promulgada eternamente o temporalmente? ¿Se cumplieron en
Jesús las profecías mesiánicas del Viejo Testamento? ¿Está permitida la
poligamia, según la Biblia? ¿Estaba Jesús casado? ¿Se debe pagar el diezmo
actualmente? ¿Fueron Barrabás y Jesús la misma persona? ¿Fue visitado el
antiguo pueblo de Israel por alienígenas? ¿Viven los fundamentalistas
cristianos modernos de acuerdo a como vivieron los primitivos cristianos?
A
todas estas preguntas, y otras no menos importantes, responde este libro usando
la Biblia como referente.
Un
viaje por el texto sagrado con el propósito de escudriñar la verdad acerca de
las doctrinas y dogmas que las iglesias han impuesto en a través de los
tiempos.
Fragmento del Prólogo
En nuestros
tiempos ha surgido una tendencia a la que se le ha dado el nombre de
fundamentalismo cristiano, que afirma que la única autoridad para regir la fe
cristiana y sus dogmas es la Biblia, la que consideran la palabra infalible de
Dios, sin aceptar otro libro que contenga tradiciones sobre el cristianismo o sobre
aspectos históricos o doctrinales que tengan que ver con esa religión. Estas
personas tampoco aceptan ninguna autoridad humana que les dicte algún
lineamiento en cuestiones de fe como hacen los católicos con el papa y otras
sectas cristianas (…)
Esta línea
de pensamiento va encaminada a que los adeptos de esta religión rijan todos los
aspectos de su vida por la única autoridad reconocida, la Biblia, ya que según
ellos, la Biblia es un libro inspirado por Dios y que encierra la voluntad del
Ser Supremo para toda la humanidad, pues de acuerdo con su creencia, Dios mismo
dictó desde los cielos esas palabras a personas escogidas por él, los que las
transcribieron sin agregarle nada, por lo que este libro se convierte en
sagrado y divino, y en consecuencia, se puede asumir que no posee ningún error,
pues al ser Dios su único autor, diríamos que es un libro perfecto igual que su
autor sin aceptar error humano (…)