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Luisa de Peña Díaz, directora del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana. Listin Diario (2017). |
LISTIN
DIARIO │ Santo Domingo
Cuando los
museos no evolucionan y no ofrecen al público nuevas alternativas caen en un
coma cerebral. La frase es de la directora general del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana (MMRD), Luisa de Peña Díaz, quien asegura que además de mantener la oferta al público las
instituciones de esa naturaleza deben buscar que el visitante descubra nuevos
conocimientos en cada visita. Para la experta, la función de un museo es
básicamente la salvaguardia del patrimonio y la educación sobre ese patrimonio.
«Entonces, eso es teoría de museo, los museos tienen
que renovarse cada cierto tiempo, depende del tipo de museo y su tamaño, de lo
que ofrece, eso puede variar de cinco a 10 años, pero un museo tiene que
renovarse constantemente», señala.
De Peña
Díaz entiende que el problema principal de los museos en República Dominicana
es, precisamente la falta de capacidad que ha habido en la renovación como
institución, tras indicar que eso tiene su razón, básicamente, en la parte
económica, ya que los recursos son limitados, sobre todo los estatales.
«No hay una inversión en los museos, y entonces, qué
resulta, que como no hay una inversión las cosas se van deteriorando, no solo
la planta física, sino también, el que es profesional de museos no ve
posibilidades de progreso, si continúa atado a su institución lo hace dentro
del pluriempleo, y el pluriempleo, definitivamente, baja su capacidad de
producción profesional, científica y eso repercute en el museo en sí», dice.
Entiende
que la falta de cultura de museos que
hay en el país incide para que no haya más profesionales en el área, porque
el gobierno invierte y crea políticas públicas en la medida en que son exigidas
y reconocidas como una necesidad.
A su
juicio, eso se debe al deterioro de la
educación, porque no se ve al museo como un complemento de la formación del
colegio.
El Museo Memorial
Al
referirse a la entidad que dirige, y su oferta programática, Luisa de Peña Díaz
dice que el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana es un experimento para el mundo de museos en el país, donde se
rompe el círculo vicioso, haciendo las cosas de otra forma.
«Si no hay cultura de museo es porque no hemos
elaborado una oferta aceptable. Es la oferta y el trabajo que se hace en atraer
público, entonces cuando eso se hace entra en el círculo lo que es el apoyo del
Gobierno. Si hay resultados se justifica la inversión, porque nadie invierte si
no hay resultados», señala.
Aunque
entiende que todos los actores del sistema tienen su responsabilidad, dice que
la principal recae sobre los profesionales de museos, que no se embarcan en
realizar y mantener una oferta programática.
En los
próximos 10 años piensa ver al MMRD como la institución líder en su tipo en la
región del Caribe.
«Siempre hay que ir por más, nunca se le puede poner
límite a tus sueños y metas. Un museo no puede desaparecer en el tiempo, tiene
que prepararse para mantenerse», sostiene.
A su
entender, el Museo Memorial nunca dejará
de tener vigencia, porque toca la
esencia del hombre y su condición humana, «entonces, lo que se cambia con el tiempo son los códigos del lenguaje,
las herramientas con las que se trabaja, pero la realidad, que es la enseñanza
en derechos humanos, algo intrínseco, eso no cambia. Y debemos preparar al
museo para los próximos 50 años, ese es un reto».
Es de las
que piensa que la muerte no es invencible, y la entidad que dirige es una
muestra de eso, porque toda esa gente que se murió y fue asesinada o
desaparecida «se trató de borrar de la
faz de la tierra y ellos vencieron la muerte».
Un museo en cada rincón de República Dominicana
Instalar
un museo en cada ciudad del país, donde se rescate la memoria local de la
resistencia, es uno de sus más grandes anhelos, para que los jóvenes que vayan
subiendo en ese pueblo tengan un referente distinto.
A sus casi
30 años de experiencia en el área, Luisa de Peña dice que pocas cosas le
apasionan tanto como diseñar una exposición. Su trabajo la ha llevado a visitar
decenas de países en los cinco continentes, donde ha intercambiado
conocimientos con profesionales de los museos más importantes del mundo.
El diseño
de un museo del reloj, como parte de una tarea universitaria, fue suficiente
para descubrir que le apasionaba esa área, por eso no se dedicó al diseño de
jardines, que era lo que en principio le gustaba, pero descubrió que odiaba
manipular la tierra.
«El asunto es que uno cuando acaba de graduarse
experimenta diferentes cosas, pero mi vocación era esa, diseño de museos, y hay
pocas cosas que yo disfruté más en la vida profesional que diseñar una exposición,
es lo que más me motiva», asegura.
El Museo
Memorial, cuyo archivo se compone de más de 200 mil documentos, fotografías,
audiovisuales y piezas, abrió sus puertas en el año 2011 y desde entonces ha
recibido varios reconocimientos nacionales e internacionales, pero su directora
asegura que el mayor logro es el público que lo visita y lo que dejan escrito
en el libro de visitantes, al señalar que eso indica que está llenando un vacío
y cumpliendo su rol.
Su gran trayectoria
De Peña es
diseñadora de Interiores, especialista en Historia del Arte, con un postgrado
en Museología y una maestría en Museografía, especialista en recuperación de
archivos de represión y memoria histórica y un diplomado en Pedagogía de la
Memoria y Derechos Humanos y casi está por presentar su tesis doctoral en
museología.
Forma
parte de innumerables instituciones museísticas nacional e internacional, entre
las que se destacan el Consejo Internacional de Museos (ICOM) la Federación
Internacional de Museos de Derechos Humanos.