Poesía de Pompeyo del Valle

  Pompeyo del Valle (Tegucigalpa, 1929 - ). Ha sido miembro de la redacción de los diarios El Cronista y El Día, de Tegucigalpa; jefe de redacción de la revista Aportes de la editorial Nuevo Continente, director de la revista de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y director del departamento de Publicaciones y Artes Gráfica de la extinta Secretaría de Cultura.

Foto cortesía.
  Poeta y narrador prolífico, Pompeyo del Valle representa una zona lírica singular en la literatura hondureña contemporánea. Varias son las constantes formales y temáticas que emergen y se entrecruzan en su poesía: la solidaridad entre los hombres, el variable amor, el misterioso y diáfano ser humano, los orígenes míticos del hondureño, y aunque en sus últimos poemas se adensan, enriquecidos, el tono reflexivo y las referencias al mundo moderno, perduran siempre la difícil sencillez y el inagotable optimismo vital del poeta.
  Obras publicadas: La ruta fulgurante (1956), Antología mínima (1958), El fugitivo (1963), Cifra y rumbo de abril (1964), Retrato de un niño ausente (1969), Nostalgia y belleza del amor (1970), El hondureño, hombre mítico (1977), Ciudad con dragones (1978), Los hombre verdes de hula (1984), Una escena de oro y otra de plata (1989) y duración de lo eterno (1989), entre otros libros.

HONDURAS

Sobre esta Honduras de fusil y caza,
de asfixiado color y amarga vena,
se oye gemir el mapa de la pena
que en murallas de sal se despedaza.

Bajo esta Honduras de metal y maza,
de enterrado perfil – laurel y arena-
como un tumulto de cuchillos suena
la atormentada sangre de la raza.

Pero otra Honduras de potente aurora,
decidida y total y vengadora
alza la frente perseguida y bella.

Porque una tropa juvenil se agita
bajo su cielo y en su voz gravita
el porvenir, fundado en una estrella.


ENIGMA

Las niñas juegan con su inocencia
como con una daga,
exploran cada centímetro de su piel,
cada centímetro de su cuerpo
y toman debida nota
de los progresos de su belleza.

Las niñas sueñan deslumbradas
en el fondo de los espejos
como piedrecillas de colores
en el fondo de los estanques.

Las niñas suspiran, lloran y ríen
si saber por qué. El mundo
se hace de nuevo a cada instante
en el enigma de sus ojos.



ESTUDIO DE UN ROSTRO FEMENINO

Tu rostro se parece al sonido
y al color de tu voz.
Tu rostro es suave como la luz crepuscular,
como un cielo de Leonardo es tu rostro
oh, bella.
Tus ojos son como dos lucientes monedas
recién acuñadas. Tus ojos brillan lejanos
y se ríen de mí,
de mi torpeza, de mi rubor, de mi amor escondido
pero que todo el mundo conoce.
Tus cabellos se parecen a las canciones de los marineros
cuando se alejan, a los pájaros
cuando emigran,
pero tus labios a nada asemejan,
ni a una flor,
ni a una fruta.

Tu rostro y tu beso me sobrevivirán.


NIÑOS DEL ARROYO

Los niños del arroyo juegan con pequeños
trozos de luna que sacan del agua sucia.
Los niños del arroyo fabrican, con estos
pequeños trozos brillantes, agudas navajitas
con las cuales se complacen en herir alegremente
el corazón de sus madres tristes.

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