Sala principal de Café Paradiso, al fondo, un patio común. Foto│Cortesía Vuelve al Centro. |
YONNY
RODRÍGUEZ | Ojojona
Los
bares y cantinas son espacios agradables de permanencia obligada para devotos y
comensales ocasionales (o asiduos), también son un imán elocuente para turistas
nacionales y extranjeros, pues en ellos tienen la oportunidad de observar las
más puras manifestaciones culturales e idiosincráticas de la condición humana,
además de escuchar comentarios sobre leyes y fútbol, arte y política, romances y
religión.
Algunas
cantinas solapan historias, otras, secretos jamás oídos. Bastante se cuenta de
los estancos capitalinos, donde no solo se bebe, sino que también se come, a
veces de gratis, a veces barato, aunque casi siempre, rico. Cada cantina es
singular y posee características que la vuelven única, sobre todo, ideal para
alcanzar un excelso estado anímico del alma como para quitarse una goma.
En
consecuencia, después de un comentario surgido en un Taller de Periodismo con
Alfonso Armada y en vista de que ningún medio tradicional se atrevería, no, lo
haría, por aquello de «promover la moral y las buenas costumbres»- decidí
recorrer los principales tugurios, cantinas, bebederos, chupaderos, karaokes, tabernas,
polleras disfrazadas, bares y cafés del Centro Histórico de Tegucigalpa.
Conozcamos,
pues, algunos de sus metederos más frecuentados y famosos donde amén de
degustar los buenos yuscaranes, rones plata, tatascanes y de la siempre cálida
compañía de las amistades, podremos saber más sobre su valor histórico y
cultural.
Ambiente en Tito Aguacate. Foto│La Tribuna. |
New Bar Tito Aguacate
Si
vas al centro de Tegucigalpa, tenés que tomarte un calambre. El icónico New Bar está situado en una casa de
esquina de valor patrimonial entre la calle Hipólito Matute y la avenida Colón.
Fue fundado en 1945 durante el cariato por el señor José Valentín Pereira. En
este espacio, que también hace las veces de centro cultural y nicho de
tertulias, confluyen abogados, diputados, artistas, vendedores, periodistas,
poetas y empresarios. En febrero alcanzó 72 años de existencia. La estancia es amena
y, además del legendario calambre, también sirven tequilas, rones y cervezas nacionales
acompañados de una boquita.
Café Paradiso
Localizado
al final de La Plazuela. Bar, restaurante, cafetería, centro cultural y hogar
de los intelectuales hondureños Rigoberto Paredes y Anarella Vélez. Este sitio
empezó sus actividades dionisiacas en 1988. Posee cuatro habitaciones temáticas
decoradas a cuadros de Borges, Juan Ramón Molina, Vallejo y Ezra Pound, además
de arte contemporáneo, entre otros, lo que le da un toque de distinción y
frescura y con la modalidad también de verse la cocina en el interior y no en
la trastienda. No hay servicio de botana tradicional, no obstante, cuenta con
una cartilla de especialidades. Está libre de vendedores ambulantes. Mantiene
una buena variedad de vinos, licores y cervezas. De un tiempo acá, monopoliza
ciertas tribus urbanas como hípsters y snobs.
El Duncan Mayan es un sitio ameno y está ubicado estratégicamente en El Centro de Tegucigalpa. Foto│RadioHouse. |
Restaurante Duncan Mayan
Tranquilo
y acogedor, está ubicado en la avenida Colón, dos cuadras al este del Parque
Central. Es el restaurante más longevo de El Centro. Data de 1896 y fue
establecido por dos señoras estadounidenses. Según la tradición oral,
Cantinflas y Celia Cruz departieron en este clásico espacio. Tiene una amplia
carta de platillos, asimismo, música en vivo. Sus amplios salones permiten a
los visitantes sentirse como en su casa, es un sitio placentero, ideal para
tomar una cerveza y comer un asado.
Otras
cantinas del Centro Histórico, recomendables por su servicio y ambiente
bohemio, aunque sin la tradición histórica de las anteriores, son:
Pollos Pío Rico
Está
en la avenida La Plazuela, casa con portón naranjado, lo que le da un aire de
clandestinidad. En sus inicios habrá sido una pollera rentable, de hecho
todavía exhiben una vitrina en la entrada, sin embargo fueron el tiempo y el
consumo masivo de cálices quienes la convirtieron en lo que hoy es, un idílico
búnker guarida de artistas, intelectuales y hippies. Solo se sirve cerveza
nacional. No hay boca, pero sí se puede puyar una vetusta rockola sembrada
junto a la barra. Para los que desean privacidad, hay un espacio arriba con dos
o tres mesas. Es un antro idóneo para degustar la cervecita, configurar una
política de convivencia entre amigos y obtener la bendición del dios Baco.
Bar Veracruz
Localizado
en Barrio Abajo, saliendo del Hoyo de Mérriam y yendo hacia el Seguro Social,
está Bar Veracruz. Es una cantina con dos salones amplios, rockola y deliciosas
boquitas que varían de acuerdo con el día: caldos de pollo, de frijoles, de
mondongo o de jaiba; ensaladas, catrachitas y ceviche. Viernes y sábados los
parroquianos pueden activarse y bailar al ritmo enloquecido del karaoke en
vivo. Se sirven cervezas y rones nacionales como aguardientes de los que raspan
las gargantas sedientas y afligidas de la congregación. Fue fundado hace 44 años. Mantiene el monopolio de
los gremios gubernamentales, médico y de educación. Es el lugar adecuado para expiar y
meditar en compañía de animosas bebidas espirituales.
Bar Golden Fish
Está
en la avenida Salvador Mendieta, justo en la boca del Hoyo de Mérriam. También
se le conoce como «el bar de Mayra» o «donde Mayra» a secas. Su barra ofrece
cervezas nacionales, licores y aguardientes, lo bueno es que a todos se les
adjunta la respectiva boquita: tortillita con quesillo pasada por el comal,
enchiladas, sopa de pollo o taquitos de chorizo suelto. Es un búnker que posee
clientela diversa. Sus atractivos son su karaoke y sus pantallas led para ver
partidos.
Cafetería Jerez
Se
ubica media cuadra al norte de Tito Aguacate. Esta cantina y comedor posee una
barra y una sala medianamente grande provista de karaoke. Sirven rones,
aguardiente y cervezas de etiqueta nacional, además de algunos platillos y
caldos hondureños. La boca o botana es la tradicional: nachos con frijolitos,
carne endiablada o un caldito de pollo o mondongo.
Bar Jossie
Está
en el Barrio Abajo, oponente del Veracruz. Para llegar solo hay que cruzar dos
calles. Es una cantina con muchos años de tradición. Es frecuentado por
aficionados al fútbol, albañiles, ebanistas y carpinteros. No espere boca
porque no hay, pero aquí se vende la caguama a precio de carro, sí, allí se
halla la birria más barata del centro de Tegucigalpa. Un parroquiano falto de
dinero y sobre todo, decepcionado, con 100 lempiras puede adquirir una bebiata
de los dioses para sacudir las penas y luego irse a dormir. El antro tiene tres
salas y múltiples mesas, además de una pequeña barra.
Turicentro
Arribita
de Pío Rico, después de la casa de esquina, siempre en la misma línea de casas.
Venden cerveza nacional y aguardiente. Se desconoce su fecha de fábrica, pero
sí se dice que los ríos de aguardiente comenzaron a correr hace un par de
décadas. Hay karaoke y boquita. Su dueño es el mismo que el del Veracruz. Es un
sitio idóneo para navegar interminables noches en correntadas etílicas.
Karaoke Liberty
Se
halla en la avenida Cervantes, frente al Museo del Hombre Hondureño. Por las
tardes se enciende el karaoke y los parroquianos pueden poner en práctica lo
que a diario cantan en la ducha. Hay cerveza nacional y rones. Queda céntrico y
con acceso a transporte al salir (no tan tarde, claro está).