YONNY
RODRÍGUEZ | Ojojona
En
los últimos días algunos amigos y amigas me han consultado, valga su confianza,
cómo se publica un libro, es decir,
cuál es el proceso a seguir hasta tenerlo finalmente en las manos. En ese
sentido y a partir de mi reciente experiencia puedo dar algunas luces al
respecto.
Lo
primero es tener el documento final en orden. Esto es, diagramado, con sus
textos e imágenes dispuestos de acuerdo con los requerimientos del autor o
institución. Se recomienda llevarlo en formato PDF a la imprenta solo para
someterlo al tiraje, incluyendo el tiro y el retiro (portada y contraportada).
Dentro
de estos insumos no debe faltar el código International
Standard Book Number (ISBN), más conocido popularmente como código de
barras. Este lo proporciona la Biblioteca
Nacional Juan Ramón Molina a través del señor Remo Flores y consiste en la
ficha bibliográfica del libro.
De
forma previa, el interesado en publicar tiene que poseer un talonario
debidamente acreditado por el Sistema de
Administración de Rentas (SAR). Esto le servirá para cobrar sus libros en
las librerías. Este es un proceso que resulta engorroso como inútil.
Así,
se debe acudir a la SAR a gestionar el Registro
Tributario Nacional (RTN) de persona natural (o jurídica, en el caso de ser
una organización quien lanzará el libro). Ya con el RTN en mano, se procede a
solicitar el contrato que contiene el Código
de Autorización de Impresión (CAI) que portará cada factura del talonario.
Luego hay que dirigirse a una imprenta legalmente certificada por la SAR a
requerir un talonario. Siempre es recomendable cotizar antes la imprenta.
Precios
Esta
es la pregunta más difícil que se le puede hacer a quemarropa a un impresor o a
un escritor, pues dar un precio final del tiraje dependerá de varios aspectos
como el número de páginas, cantidad de ilustraciones (si las lleva), tipo de
papel, material de la portada, cantidad de libros (las imprentas se guían por
el principio económico de “cuanto mayor sea el tiraje tanto menor será el
costo”); imprenta, entre otros.
Por
tal razón es capital hacer diversas cotizaciones en varias imprentas a fin de
elegir la que ofrezca la mejor calidad y el precio más conveniente.
Es
oportuno mencionarlo, hay muchas imprentas o fotocopiadoras industriales que
dejan mucho que desear. Siempre es necesario un consejo a tiempo. Un libro de
buena calidad no permitiría ser impreso como fotocopia. La prueba de fuego para
averiguar si es fotocopia es dejar caer sobre las letras una gota de agua, si
se riega lo es, de lo contrario será offset
o impresión editorial.
Por
otra parte, muchos lectores, escritores e impresores se quejan de trabajos
cuyas hojas se desprenden al solo abrirlos. Lo anterior porque en la imprenta no
se les ha aplicado la cantidad suficiente de pegamento.
Editorial
En
la capital hondureña hay un singular número de editoriales que son a la vez
imprenta, o viceversa. En este sentido, hay que procurar acercarse a las que,
como mencionamos arriba, den calidad y conveniencia. Un escritor primerizo,
dada su inexperiencia, puede ser envuelto por personas sin escrúpulos que le
piden cantidades exorbitantes solo por estampar un logo y escribir un prólogo.
Por este motivo es necesario informarse lo más posible.
Producto en consignación
Cuando
los libros ya están en poder del dueño los llevará a las principales librerías.
El autor decidirá cuántos ejemplares dejar, al mismo tiempo sugerirá el precio
de venta, es decir, el que el librero pagará al escritor después de una venta
parcial o total de lo consignado. A cambio el local exigirá su factura.