La plática tuvo diversos tonos y matices. |
YONNY RODRÍGUEZ | Ojojona
José Antonio Salinas Avery es el hijo menor de cuatro hermanos, todos nacidos en Tegucigalpa. Su papá era de Choluteca, su mamá es de ascendencia canadiense y vive todavía con ellos. Es egresado del colegio San Miguel, también hizo seminario menor y un seminario mayor en la capital. Le hubiera gustado ser médico, pero después pensó que le gustaba más el sacerdocio. Se ordenó y luego siguió sus estudios fuera del país. Le gusta mucho el campo de la Biblia, la arqueología, la naturaleza, la agricultura, la literatura y la docencia. A través de esta entrevista nos acercaremos a la vida y a la gestión del padre Tony Salinas.
¿Cuándo y cómo decidió que quería ser sacerdote?
Mi
familia fue y sigue siendo muy católica, por tanto, mi papá nos permitió tener
una capilla en la casa. Allí, junto a una abuela que orientaba la formación
religiosa de la familia, fui madurando este deseo de ser sacerdote. Creo que
desde niño me incliné a la búsqueda sacerdotal, pero la decisión
se toma ya cuando uno se gradúa de bachiller. Allí decidí entrar al seminario.
¿Hace 40 años era más fácil decidir ser
cura?
Siempre
es difícil. Cada época tiene sus desafíos. Mi desafío era si estudiar Medicina
en la universidad o ser sacerdote. Asimismo, la preocupación por tener una
verdadera familia, tener una esposa e hijos siempre es un desafío para cada
candidato a sacerdote. La renuncia a una familia y dedicarse al servicio del
prójimo siempre ha sido desafiante para los hombres de hoy como para los de
otras épocas.
¿Qué debe tener claro el que desea ser
cura?
Primero
debe saber si está llamado porque esto debe ser una llamada de Dios, debe
saber que no es una opción puramente profesional; es una opción de vida
diferente, y este estado de vida no es no tener una familia, sino el hecho de
vivir serenamente la propia sexualidad, vivir plenamente sus propios afectos y
el deseo de llenar esa debilidad humana con un amor desinteresado por los demás. El sacerdocio no es una carencia de afecto, más bien es una capacidad
de amar al prójimo con el amor de Cristo.
Hombre de letras, serio y elocuente. |
¿Cuéntenos sobre su pasión por las
letras y el arte?
Estuvo
en mí siempre. Tuve una abuela que era muy apasionada por el orden, por los
jardines, por la vida bonita en casa, por la buena alimentación. Los
años que pude estar con ella, que por cierto vivió hasta los 103, me marcaron con su
estilo de vida, con una alimentación muy balanceada, con una casa
ordenada, con una presencia de ella muy ordenada; eso me hizo descubrir muchas
cosas bonitas de la vida como el buen gusto por vestir, visitar una iglesia, un
museo de arte. Eso lo desarrollé más en mis estudios fuera de Honduras donde
pude participar de estudios sobre estos temas: visitar galerías, museos... Los
domingos por la tarde, cuando llovía y no podíamos salir, le pedía prestada una Biblia a papá, una que tenía imágenes, por eso siempre me gustó la pintura,
el arte y la literatura. También me gusta mucho la naturaleza, ver tanto un
atardecer como un amanecer: eso me impacta mucho.
¿Usted ha escrito libros?
Mi
tesis doctoral va a ser un libro y tengo en borrador varios textos, escribo en periódicos, me gusta escribir en varios diarios locales, tengo
facilidad, escribo rápidamente algo que me interese. Tengo mucho material en mi
computadora de fichas que voy realizando para diferentes tópicos en espera que
un día pueda tener tiempo para sentarme a editar. De hecho quiero publicar en
2018 tanto la tesis como los demás libros.
¿Qué es lo que más le ha gustado del Papa
Francisco?
Una
de las cosas interesantes del Papa Francisco es que su pensamiento es muy
claro, práctico, muy dado a lo espontáneo con la vida de la gente; es un hombre
de poco protocolo, que responde a las necesidades de una iglesia que
se actualiza. Es decir, es un hombre que ha sabido hablarle al hombre de hoy de
una manera actualizada poniendo a los pobres como un destino de la vida
cristiana, no vivir en un narcisismo religioso sino en una práctica orientada hacia
la vida del pobre.
¿Qué le cuestionaría?
Una
buena pregunta… ¿Qué le puedo cuestionar al Papa Francisco…? Creo que dentro de
la curia o de la práctica religiosa quizá el Papa podría hacer algunos
cambios en la parte de la liturgia, donde todavía tenemos oraciones, plegarias
y cultos religiosos que están un poco alejados de la gente, entonces ya podríamos
actualizar eso para que lo que predicamos pueda llegar a todas las personas.
Nos recibió amablemente en la sala de la Casa Cural. |
Usted llegó a restaurar la mayoría de
iglesias que permanecían cerradas. Cuéntenos cómo fue este proceso.
Yo
creo que es un delito patrimonial cerrar iglesias que pueden amenazar con la
ruina. Es necesario que estos edificios estén ventilados y la mejor ventilación
es la asistencia de personas, eso hace que el edificio tenga vida, razón por la
cual una de mis metas ha sido la restauración, la reapertura de todas las iglesias, pues son parte de una identidad que habla por sí misma, un
valor artístico que estamos negándole al visitante y a los lugareños.
Necesitamos que todos podamos entender el gran valor que poseen hoy: ya no
tienen un valor económico; se van de lo material a tener un valor patrimonial
muy grande, además la estética, la belleza de ver algo, nos permite encontrar a
Dios y pensar en algo bonito.
Sin duda una faceta que pocos conocen. Interpretó "Qué será" de José Feliciano durante una tarde de jazz. |
Háblenos sobre proyectos sociales en
Ojojona como La vaca mecánica y los huertos familiares.
Aparte
de estos proyectos, estamos muy motivados con una escuela de agricultura en Güerisne.
Consideramos que el área rural de nuestro municipio no está siendo explotada
debidamente porque hace falta capacitación. Nuestros campesinos producen para
su consumo y medianamente exportan. Creemos que en los terrenos que tiene
la iglesia podemos crear una escuela agrícola donde esta tierra bendecida de
Dios pueda producir montón de hortalizas y montón de granos, donde nadie se
sienta apenado o avergonzado de ser campesino, porque esta es una tendencia,
pensar que el campesino es una persona que ya no tiene nada que ofrecer a la vida, al
contrario, son los primeros en la economía social. Queremos una
escuela que levante el perfil del campesinado y al mismo tiempo que les haga
producir para mejorar su vida.
¿Cómo ve usted que la plaza se use como
mercado?
Tenemos
que analizar algo: la necesidad que tiene la gente de vender es real y legítima, peor sería que anduvieran robando. Es legítimo que la gente busque su
quehacer económico en la venta, con la producción de artículos, la venta de
cualquier cosa, pero tiene que estar ubicada. La plaza de Ojojona es tan bonita,
pero no puede verse afeada por estas cosas, que por mercado, o ventas, no se
haga lucir. Tenemos que tener cuidado, hay tantas experiencias:
Tegucigalpa, la Peatonal, el Parque Central y Los Dolores estuvieron por años de mercado. Esos fueron temas ampliamente discutidos y analizados.
Ahora bien, ¿cuál es el destino de Ojojona? El destino de Ojojona es el
turismo, entonces tenemos que cuidar este rubro; entre mejores turistas
tengamos esto va a mejorar económicamente. Quiero expresar que hay muchos
tipos de turistas: el que sólo viene a ver, el que viene a hacer fotos, el que
viene a comer o el que sí viene a invertir mucho, entonces necesitamos los cuatro,
porque no debemos excluir a nadie, pero sobre todo queremos que éste último
venga a gastar dinero aquí, por tanto, necesitamos buenos restaurantes, buenos
lugares. Aquí podemos llamarle plaza-mercado, ¿qué significa eso?, que no se
puede caminar: andan caballos y bicicletas; no es un lugar apto para la
movilidad humana y eso no puede ser, estamos retrocediendo en desarrollo. O
sea, si queremos llamarnos un pueblo civilizado, debe haber un lugar para las
rutas y el establecimiento de los caballos, tiene que haber una parte para
ventas, la parte de las artesanías y sobre todo la parte vial que es muy
importante. Aquí el carro choca contra el caballo, el caballo choca contra las
personas. Eso tenemos que organizarlo. Entonces no es un tema sólo de turismo,
sino también del futuro del pueblo.
¿Qué piensa de los negocios que ponen
el sonido muy alto?
Es
una contaminación auditiva la que estamos viviendo en Ojojona, y así como hay
contaminación visual hay contaminación física, material. Creo que cada quien
tiene el derecho de oír su música en su casa, soy de ese criterio. Dice la Ley de Convivencia Ciudadana que uno
debe respetar, de manera que mi música no afecte a las personas, incluso en el
sentido del credo religioso yo no tengo porqué imponerle la homilía o mi
mensaje a toda la plaza. Yo podría poner parlantes afuera y poner todos mis
cantos, pero no puedo imponerle eso a nadie. La gente viene a Ojojona a relajarse,
no quiere estar oyendo ruido, no quiere estar oyendo mensajes; si alguien es religioso,
pues se va a meter a la iglesia, si alguien quiere reggaetón se va a una discoteca. Necesitamos entender verdaderamente
que el que visita el pueblo busca un esparcimiento. Los negocios deben
controlar su ruido porque realmente afecta. Es una cosa que nos la tragamos,
pero la verdad es que es un escándalo tras otro: uno compite con el otro.
Cuéntele a la gente sobre la escuela
bilingüe que administrará la iglesia.
Este
año se nos vino la propuesta de tener una escuela bilingüe. Al principio íbamos
a iniciarla, pero vimos que no había algunas cosas en regla; no quisimos
iniciar con anomalías. Entonces sí, una escuela bilingüe para fortalecer la
vida académica de los niños y lo más importante, dar plazas de trabajo. Usted
no se imagina la cantidad de solicitudes de empleo que llegaron a esta oficina
cuando quisimos abrirla: muchas personas quieren trabajo. Y a mí más que ver el
destino de los niños me interesa la demanda laboral porque es grande.
¿Qué nuevos proyectos habrá en Ojojona
bajo su gestión?
Sueño
con una banda de música de viento. En Santa Lucía pudimos crear un conjunto con
jóvenes. Teníamos dificultad con que ellos participaran en la vida social,
religiosa, pero lo que sí los atrajo fue una banda de música, entonces se fundó
una con 40 instrumentos. En Ojojona nos faltan músicos que acompañen el 15 de
septiembre para entonar el Himno, para el Día de la Madre, para una procesión.
Siempre andamos buscando de afuera y aquí tenemos grande valores musicales,
aquí sólo hay que poner los instrumentos; es más, ya compramos algunos porque
lo vamos a hacer poco a poco. Es un sueño para mí que los jóvenes toquen
música, que se pongan a tocar en la plaza un domingo al mes; y que sea un
servicio social, porque ahora traer una banda cuesta caro. Otro proyecto es la
restauración de la iglesia de El Calvario y la terminación de la iglesia de El
Carmen como los retablos de la iglesia de san Juan. También queremos hacer un
monumento en los linderos de la ruta del Guancasco y poder potencializar el
santuario de Guazucarán junto a las minas.
¿Qué cosas no comparte con la actual
Corporación Municipal?
Yo
creo que no se han hecho cabildos, pues es un clamor de la gente. Los
funcionarios públicos tenemos que escuchar lo que pide la gente. Vivimos en un
tiempo en que la gente se expresa. También el tema de la electrificación; hay
muchas zonas de Ojojona que están a oscuras. Habría que buscar la forma de
tener un municipio más iluminado. En los barrios falta alumbrado, en los
senderos…
¿Qué opinión le merece una Casa de la
Cultura cerrada?
Una
Casa de la Cultura requiere un programa cultural. Mirémoslo de una manera
general, en todos lados cuando se cierran las Casas de la Cultura es porque no
hay recursos. En una comunidad siempre se le quita recursos a la cultura.
Tendríamos que pensar que la Casa de la Cultura pudiera ser gestionada por otro
grupo que se dedicara buscar proyectos y programas que permitan un continuo
flujo de información cultural.
¿Cómo ve el panorama político de
Ojojona?
Lamento
que las fracciones políticas en Ojojona estén confrontadas. Tal parece que hay
una confrontación, sutil, no muy abierta, es muy por debajo de la mesa, pero
existe. Y qué pena porque no podemos sentarnos con todos los líderes de los
partidos a debatir en un debate, para hacer preguntas, para que expliquen cada
Plan de Trabajo. Hasta el momento no he escuchado todos los planes de los
candidatos, y eso sería muy bueno. Creo que ninguno de los candidatos quiere sentarse
con el otro, entonces eso es una pobreza política porque estamos viviendo
todavía los años cuarenta donde la política era aún confrontativa y donde el
adversario político se miraba como un enemigo, y eso tenemos que superarlo.
Aquí debemos sentarnos en un panel y que ellos vayan a hablar de sus planes de
gobierno, que es lo que la gente espera escuchar, pero seguimos con campañas en
las cuales el proyecto no aparece.
Según su visión, padre, ¿cuáles deben ser
las características que debe poseer un alcalde para gobernar Ojojona?
Creo
que un alcalde para Ojojona como para cualquier municipio en el siglo XXI debe
ser un hombre o mujer de mucha accesibilidad para poder escuchar a la gente,
para poder escuchar las necesidades de los pueblos. Después, el bien común debe
imperar totalmente en todos los ámbitos y el desarrollo que vaya por todos los
espacios necesarios. Por otro lado, un alcalde, ya hecho alcalde, debe dejar su
estilo partidista, es decir, ya no pertenece al partido; pertenece a la gente
para quien se puso como gobierno. Entonces, en muchas alcaldías prevalece el
espíritu revanchista y eso no va con un alcalde del siglo XXI. Necesitamos un
alcalde que llegue a gobernar para todos y al mismo tiempo hacer que ese
gobierno sea para el bien común. Hay una frase que un senador muy cercano a
John F. Kennedy le dijo una vez: “Ya deja
de hacer campaña porque ya eres presidente”. O sea, no actúes tanto para
hacer campaña. Hay que dejar el partido un poco y la propia campaña.
Creo que Ojojona merece una mejor educación. Es un tema que me preocupa. Las escuelas de todo el municipio deberían ser revisadas, su personal, no solamente en lo físico, Me duele que Ojojona no esté entre las 100 mejores escuelas de Honduras cuando aquí es posible el nivel académico porque es accesible, estamos cerca de Tegucigalpa para conseguir información, entonces creo que si no mejoramos lo académico, si los maestros no nos ayudan, no tendremos mejores niños. Eso me parece una preocupación fundamental. Necesitamos que los maestros se pongan al día, a comprender que al servir el pan del saber hay que darles pan de calidad, no cualquier tipo de pan, sino el mejor y saber que aquí tenemos una juventud que puede ser mejor. Le apuesto a que Ojojona mejore su nivel académico.
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