Un 88 % de hondureños jamás ha asistido al teatro. En la imagen, la obra Picamiejo, de la TTT. |
YONNY RODRÍGUEZ │Estelí
Una encuesta realizada por la
Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en 2013 demostró que Honduras es, entre muchos otros, uno de los
países que menos lee –un promedio de 3.8 libros al año-; tan solo por
debajo de Chile y Paraguay en un comparativo con países latinoamericanos.
Cifras alarmantes
De acuerdo con los porcentajes por
país, se encontró que por encima del promedio latinoamericano se sitúan Chile y
Paraguay (ambos con 61 %), Colombia con 55 % y dos países centroamericanos:
Honduras (57 %) y Nicaragua (54 %).
Los números anteriores responden a
las respuestas dadas a las preguntas sobre la frecuencia de lectura y consumo promedio de libros al año para el
grupo de la región motivadas por razones profesionales y/o de estudio.
Así, las cuestiones analizadas
fueron: ¿Cuándo fue la última vez que
leyó un libro por motivos profesionales o por estudios? ¿Y por otros motivos:
ocio, entretenimiento, interés personal, etc.? y ¿Cuántos libros leyó el año
pasado?
De similar forma, la encuesta generó
datos respecto a los que leen por ocio o por interés personal; aquí las cifras
se dispararon hasta un 60 %, es decir,
en Honduras “nunca o casi nunca” leen por ocio o interés personal. Acompañan
al país en este viacrucis Paraguay (60 %), Nicaragua (59 %) y El Salvador (55 %).
Costa Rica, por su parte, tiene cifras
no menos considerables, pero sí favorables comparadas con las demás naciones de
la región centroamericana: 31 % de su población lee por motivos profesionales o
académicos, en tanto, el 33 % “nunca o casi nunca” lo hace por ocio o entretenimiento.
Una vez le preguntaron al multimillonario
estadounidense Warren Buffet cuál era el secreto de su éxito económico y
señaló: “Leo 500 páginas todos los días. Así es como funciona el conocimiento.
Se construye, se acumula y genera intereses a tu favor. Es algo que todos
podrían hacer si quisieran, pero casi nadie lo hace…”
Aunque leer 500 páginas al día puede
sonar descabellado, no es imposible, de hecho todos los días leemos y
escribimos bastante, principalmente en nuestras computadoras y teléfonos.
Alguien se tomó el tiempo de hacer
los números al respecto y concluyó que si dedicáramos las horas que pasamos en
redes sociales a la lectura, leeríamos al menos 200 libros al año; más de 16 al
mes.
Pero leer cualquier cosa no es lo
mismo que leer un libro que puede llegar a reacomodar nuestro conocimiento y
enriquecer nuestras vidas. He ahí la importancia de leer algo más que el feed de las diferentes redes sociales.
Se comprende que la vida moderna y
sus diversas distracciones hayan acaparado nuestra atención, pero leer un libro
nos puede llegar a mostrar un pensamiento mucho más complejo que a la larga sea
mucho más constructivo que la inmediatez y el olvido de las redes sociales.
Reprobados en otras prácticas culturales
La encuesta también investigó los
datos sobre la participación ciudadana en eventos artísticos y culturales,
preguntas que interrogaron la frecuencia de asistencia al cine, teatro y
conciertos, entre otros.
En este sentido, el instrumento se
estructuró en tres categorías: audiovisual,
artes escénicas y musical. Así, en la primera casilla, el informe señala
que el 65 % de latinoamericanos encuestados afirmó no haber asistido al cine en
los últimos 12 meses.
Nicaragua
(82 %) y Honduras (80 %) lideran la no asistencia a proyecciones cinematográficas
en Latinoamérica, seguidos
de cerca por Paraguay (78 %) y Guatemala (77 %); en tanto, Costa Rica presentó
un panorama no más alentador, pero sí un porcentaje menor, un 49 %.
En cuanto a las idas al teatro, en general, el 67 % de latinoamericanos nunca ha
ido al teatro. En el istmo, Nicaragua (86 %), Honduras (84 %) y Guatemala (81 %)
son los referentes. El Salvador presentó un 79 % y Costa Rica 51 %.
Finalmente, un 70 % de latinos
encuestados afirmó no haber asistido a conciertos,
recitales y presentaciones en vivo en el último año. El 88 % de hondureños
y nicaragüenses así lo señalaron. Las cifras también son elevadas en Brasil (80
%) y Paraguay (73 %).