La construcción de años viejos continúa en Ojojona. Esta vez corresponde el turno al populoso barrio Yucanteca, al norte del Centro Histórico del municipio,
donde justamente se construyen dos estructuras navideñas.
El primero lo está elaborando Francisco
Javier Cruz González, un joven de 20 años de edad, quien ha llamado a su año viejo “Drácula”, en alusión al personaje
vampírico creado por el escritor irlandés Bram Stoker. Referido monigote mide
2.20 metros de alto y tiene una extensión de 2.50 metros.
Igual que el año viejo de El Carrizal, el de Francisco Javier ha sido construido a partir de la madera,
que sirve para crear el esqueleto de la figura;zacate, para moldearla, y la
palma de suyate, que aporta tanto la piel del personaje como cabullas o amarras
para fijar el zacate; asimismo, se necesitan almidón, ingrediente importante
para adherir las tiras de corteza de suyate, y la pintura en aerosol.
Este año viejo comenzó a hacerse desde el pasado mes de noviembre, a
esta altura ya sólo le faltan pequeños detalles de pintura.
Según lo revelado por una de sus hermanas, el alcalde municipal aportó 1200 lempiras para la compra de pólvora
y otros materiales que pudiera necesitar la figura.
Los creadores de a versión ojojonense de Drácula tienen previsto
exhibirla el jueves 31 de diciembre a partir de las 10:00 de la mañana, luego,
como manda la costumbre, será incinerado a la medianoche.
Por otro lado, José Alberto González González y Carlos Enrique Membreño González
no han querido rezagarse y han emprendido también la creación de un simpático cuadrúpedo bautizado con el nombre de “Los
desperdicios del mundo”.
De los dos años viejos previamente mencionados, este es el que tiene
dimensiones más pequeñas: mide dos metros de largo y tiene una altura de 1.50
metros. Su construcción les ha llevado a internarse en la montaña de “La
Pichinga”, al otro extremo del pueblo, para extraer la palma de suyate, ya que en las cercanías no se encuentra.
La inversión es de al menos 1000 lempiras, de los cuales 500 fueron aportados por Allan Salazar
para la adquisición de cohetes morteros y bombas.
“Empezamos
a hacerlo desde el 25 de noviembre; sólo le faltan algunos retoques de
pintura”, expresó José González.
De igual forma, al indagar si habían recibido colaboración de la Corporación
Municipal, declararon: “no fuimos, porque
la gente del barrio dijo que tal vez no nos iban a dar porque estamos muy
chavalos (niños)”.
Vale subrayar la particularidad que la
iniciativa de construir estructuras artísticas navideñas ha nacido al interior
de la familia Cruz González, conformada por Andrea y Valentín; lógicamente,
desde sus respectivas zonas del barrio.
Reseña
Esta manifestación popular comenzó
hace unos 10 o 12 años en el barrio La Pesa, luego han seguido a esta joven
tradición los sectores ya referidos anteriormente. Es importante explicar que
cada personaje responde al deseo de cada artista de proyectar con éstealguna
especie de miedo, de ahí las estructuras sombrías, gigantes y grotescas.
Asi, igual, cada artista no calca totalmente la figura que primero
imprime en papel, a manera de guía; sino que le da su toque personal, como es
el caso del año viejo ubicado en El Carrizal, cuyo diseño original ha sido
modificado.
La
mecánica que se sigue no es otra que exponer el objeto al público durante todo
el día y luego encenderlo llegada la medianoche. La gente
asiste y se ubica en torno al fuego que explota la pólvora y las penurias del
año que se va y, al mismo tiempo, visualiza también en él las esperanzas de un
año mejor.
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