Honduras: Olandisea, un cuaderno de poesía homenaje a la ciudad natal



Un nuevo cuaderno de poesía contemporánea se ha gestado en tierras hondureñas, un homenaje a la ciudad de Olanchito, Yoro, natal terruño de los cuatro escritores del escrito a continuación referido.

Olandisea es el nombre de este texto poético coescrito por Livio Ramírez, José Luis Quesada, Marco Tulio del Arca y Héber Sorto, cuya fusión se gesta a partir de Olanchito y Odisea, una “síntesis de lo propio y lo universal”, de acuerdo a los autores.

Con ejes conceptuales compartidos, se ofrece a los lectores cuatro discursos sumamente personales, verdaderamente contemporáneos, que han merecido la crítica y el reconocimiento internacional.

El libro es, en sí mismo, “homenaje entrañable a la ciudad natal, recobrada y mitificada, retorno al tiempo irreductible del origen”, como expresan los artistas.

“Es un libro que se sitúa en el quehacer de la poesía latinoamericana actual y nace a partir de encontrar entre los autores un punto de coincidencia, partes poéticas convergentes; no necesariamente del todo, pero sí en importantes sentidos”, en palabras del poeta Livio Ramírez, coautor de la obra.

De igual manera, Ramírez manifestó que han querido cancelar un pacto, que dice que a la gente de Olanchito le gusta escribir, entonces con Olandisea, sin ninguna solemnidad, han querido demostrar que sí ha habido una pequeña tradición de escritura en la ciudad, pero que “es momento de mostrarla ya como algo maduro, consulado”.

Asimismo, el poeta Livio adelantó que este solo es el primer volumen de dos que se publicarán; el segundo contendrá en su mayoría poesía inédita de todos los cuatro poetas.


Olandisea
El cuaderno de poesía consta de 50 poemas, escritos por los cuatro autores en diversas épocas. Enseguida, algunos textos encontrados en Olandisea.

Distrito Central
Livio Ramírez
La vida hecha al revés.
El plato de terror.
El escarnio creciente.
La victima elegida
cuya sangre anunciaba la salida del sol.
Ciudad y tu estatuto de pus y espanto.
Morazán
General: Neruda dice
que la noche de su país es alta,
pero que usted vigila.
Desde que lo mataron
unos maricas josefinos,
usted ha vigilado suficiente.
Desde que lo enterraron
y lo desenterraron,
usted ha sido un hombre.
Sálgase ya del bronce, General.
Asuma su mando.
Comience a cabalgar entre estos pinos
antes que la ignominia se extienda por completo.

XXVII
José Luis Quesada
Como un loco, haré una raya rechinante en el cielo,
y te olvidaré.
Mi Ojo de Venado me dará suerte,
mi lanza de diamantes romperá los hechizos.
La sangre de mis labios caerá lentamente
desde la eternidad
hasta tu vaso de agua.
XII
Me alejo, me alejo hasta el fin, no estoy, no voy conmigo ni con nadie, no soporto mi risa, mis gestos que ejecuta un remoto asistente. Mi pelo ha encanecido de contener el llanto. Me voy, me voy, no quiero, no me quiero, no me tengo nostalgia, no me necesito, cierro mi cuarto con un portazo en los ojos. Vivir, tal vez, como una pupila errante, con mi escudilla y mi tambor y un traje de colores que atraiga como miel a los niños. Ojalá no vinieran mis amigos, ni la memoria de mi padre, ni el recuerdo del hogar, ni tu sombra que me ha secado el corazón, ni los sueños donde ahora me persigues redoblando el espanto, ojalá derribara las columnas, de una vez, sin escándalo, con un ruido de cunas. 

Cenizas
Marco Tulio del Arca
Ahora
el amor pesa como hierro en mis ojos
y yo soy un prisionero
de mi propia libertad

el amor es una ceniza
que alimenta los recuerdos

cerca
muy cerca de mi dolor
Picasso dibuja la tristeza
y unos libros me hacen vivir.

Agua de mar
A esta hora
el día
tiene anuncios de navaja
en mi piel

son las once y cuarenta
del sábado
dos de abril

en la playa
los niños
juegan con mi edad

la distancia
se come los recuerdos
y el mar
también se traga
el olvido
y los misterios.


Poesía
Heber Sorto
Entonces
cuando se levantaron
los amos
de las casas paternas
y se extendieron
por todo el mundo;
para que la seguridad
de los países
que aún estaban
establecidos
en sus raíces auténticas
no terminara
de envilecerse;
el hombre inventó la poesía.

Medianoche
Aquí gatea la poesía
y da sus primeros pasos, a veces

La noche
Cuaderno donde escribo
palabras como pájaros cansados.

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