El sábado había
amanecido muy entusiasta. De hecho, lo publiqué en mi muro de Facebook cuando
la mañana todavía era tierna; allí decía: «estamos como a la expectativa».
Luego,
escribí: «Aunque nada es producto de lo que llamamos suerte, sino de los
esfuerzos, de la disciplina en los procesos. De repente eso estalla y no nos
vemos obligados menos que a ser felices por un rato». Todo era la antesala de
un mensaje motivante.
Hace dos
semanas publiqué la nota del solo teatral La
catedral del helado, interpretado por Osmel Poveda y escrita por el cubano
Senel Paz, quien es toda una institución en cuanto a dramaturgia
cinematográfica se refiere, además de dedicarse a la gestión cultural y a la
escritura de novelas y cuentos, entre otros.
Este sábado a
las 10:08 a.m. me cayó un mensaje de parte de Senel. Debo confesar que nunca lo
hubiera esperado. Tomo este reconocimiento como una ganancia que me deja el
ejercicio periodístico que he consagrado a la cultura y el arte. Sin más, les
comparto su carta.
Desde La Habana
Estimado Yonny
Rodríguez, saludos desde La Habana. He llegado por pura casualidad a tu blog, y
ha sido una grata sorpresa encontrar información cultural sobre Honduras, tanto
actividades como acciones de los artistas y los amantes del arte por hacer
arte. Los demás latinoamericanos sabemos poco de Honduras; como ocurre con
muchos de nuestros países, los problemas sepultan el resto de nuestra rica y
variada realidad a pesar de ello. También fue muy grato encontrar una
referencia a Osmel Poveda y su puesta La catedral del helado. Precisamente soy
el autor del texto literario original y del guion de la película a que dio
origen. Hoy en día existen 21 versiones teatrales en diversas partes del mundo,
y están en preparación un musical en Londres y versiones dramáticas en Brasil y
Perú. La puesta de Osmel, y en particular su trabajo, tienen gran significado
para mí, son imágenes imborrables, porque no solo fue el primero en representar
el texto, sino que lo hizo con tal entrega y maestría que su trabajo se hizo inolvidable.
Veinte años después conservo fotos, una crítica estupenda, no por los elogios,
sino por el análisis, anuncios de aquel estreno. Perdí hace mucho todo contacto
con Osmel, desde que él marchó a Honduras y sólo he tenido esporádicas
informaciones de su trabajo. Te agradecería mucho, si tienes modo de entrar en
contacto con él, que le hicieras llegar mi dirección de correo (esta desde la
que te escribo: apm@cubarte.cult.cu) por si le apetece ponerse en contacto
conmigo, lo cual me gustaría mucho.
Quedo como
lector de tu blog, agradeciéndote esta ventana que abres para que podamos mirar
al interior de Honduras y su vida cultural.
Muchas gracias.
Senel
Paz