Honduras: Dúo salvadoreño presentó obra sobre el absurdo de la realidad

  “Dos viejos pánicos”, obra escrita por el dramaturgo cubano Virgilio Piñera, llegó procedente de El Salvador  para ser presentada el fin de semana en el Teatro Padre Trino, bajo gestión de la Escuela de Arte de la UNAH.

La pareja conformada por Tabo y Tota intenta, sin lograrlo, sobrevivirse a sí misma y sobre todo al miedo que padecen.

  Omar Renderos y Francisco Borja son los responsables de dar vida a Tabo y Tota, una pareja que al sentir que su vida se acerca de manera irremediable a las etapas de la vejez y muerte, se aferra a un juego que no le resulta mejor que la muerte.
  Finalizada la primera función, abordé en las afueras del teatro al actor Omar Renderos para conocer un poco más sobre esta puesta sarcástica, salpicada de lo grotesco y lo absurdo.

Tabo (Omar Renderos), cuando intenta ahuyentar el miedo. 

¿Cómo surge la iniciativa de llevar a escena esta obra?


  Una vez, luego de actuar en una obra, encontramos en los pasillos del Teatro Luis Poma al director Fernando Umaña; se acercó y nos dijo “tengo una obra para ustedes dos”. Aceptamos y dijimos “encontrémonos y veamos de qué se trata”. Días después nos dimos cuenta de que era la obra de Virgilio Piñera. Quisimos entonces lanzarnos a un proceso intenso que durara un mes, o un mes y una semana máximo, acordando que durante todos los días íbamos a internarnos en un ensayo de seis a ocho horas diarias. Resultó, lo logramos; montamos la obra en un mes y se estrenó la siguiente semana. Creo que el director nos invitó, aparte de nuestra trayectoria y trabajos en colectivos en El Salvador, porque tiene una concepción del actor como objeto y no solamente como sujeto de la escena. El objeto como tal viene desde una línea concreta que es la imagen que él tiene de las obras de Botero. Estudiamos muchas láminas y dibujos de Botero para hallar en la imaginería de todo él rasgos grotescos pero hermosos, de ahí parten las imágenes a nivel visual, y así poco a poco hemos ido desarrollando nuestro personaje a partir de las premisas que Fernando Umaña nos ha ido acompañando para encontrar la sinceridad escénica y no irnos por la parte fácil en la que muchas veces incurrimos, como es la actuación llana, o la sobreactuación que, en muchos casos, es letal para la organicidad y la verdad escénica. Lo hemos intentado y en muchos momentos lo hemos logrado, como en otros, por el contrario, hemos recurrido a esos vicios actorales…

La verdad escénica se refleja mediante la interacción con el público.

Describa psicológicamente al personaje que usted interpreta


  Tabo es un señor que ha entrado en una edad donde el miedo lo hace presa. Toda su vida él fue un apuesto, un galán, un chulo… y cuando se ve en tales límites, en el ocaso de la vida, no le gusta verse en el espejo porque odia saber que ya ha envejecido, y toda su vanidad y todo su pasado y su futuro se confrontan; es esa parte donde se siente frágil ya que llega a la culminación de su vida con la muerte, y la vejez es un signo de esa despedida. Tanto él como Tota están luchando contra esa existencia, ante esa condición humana que es inevitable. Él es un personaje que está allí, luchando; no le gusta ver a los jóvenes, porque le recuerda cuando era joven y ahora ya no lo es, entonces le produce miedo, frustración y por eso recorta todos los días de su vida las caras de los jovencitos que aparecen en las revistas, como una forma de rebelarse contra el agobio de encontrarse en la edad senil.

¿Qué compañías han coproducido esta obra?


  Somos tres compañías las que hemos participado en esta obra: la productora Escena Norte, Teatro Libre y la Asociación de Arte Dramático (AAD).

¿Ustedes hicieron una propuesta para presentarse en Honduras o fueron invitados?


  Fuimos invitados por el Grupo Teatral Bambú y la Escuela de Arte de la UNAH. Anteriormente Édgar Valeriano fue invitado a un festival en El Salvador, donde vio la obra; después de esa ocasión nos invitó.

Al final, tras lidiar contra el miedo, la pareja vuelve a su agobiante principio.

¿Adónde se presentarán luego de estas tres funciones en Honduras?


  Bueno, el 27 y 28 de noviembre nos presentaremos en el Centro Cultural de España de Guatemala; luego de esta gira veremos qué otras fronteras cruzamos con “los pánicos”.

 Tras echar un vistazo a la obra, puede parecer un simple simulacro para actores, pero ésta trasciende; hurga en el mundillo de las apariencias de los géneros para reflexionar sobre el significado de la convivencia en pareja. No son líneas inútiles depositadas en vacío, sino los espejos de una verdad de los seres humanos, cruda e irreversible.
   
A veces el pánico logra su cometido, convirtiéndose en algo pesado.


Una de las escenas cómicas protagonizada por los "Pánicos".

Tota (Francisco Borja), en un momento de alegría. Fotos: Yonny Rodríguez.

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