Las Chimenas Gigantes de Trinidad casi listas para su XV edición

  Los organizadores de la décimoquinta edición de la feria “Paseo Real de las Chimeneas Gigantes”, de Trinidad, Santa Bárbara, informaron que este año se quemarán quince figuras, todas en honor de la trayectoria artística del Teatro La Siembra.

Afiche de la décimoquinta edición de la Feria.
 
  Este año el tema es “Peligro de Extinción”, una consigna e incitación al cuidado de los recursos naturales, sin dejar de lado la tan esperado confluencia de magia, color y luces.
  Una de las principales características de la quema de gigantones es indudablemente, en primer lugar, ofrecer un espectáculo familiar, y luego, hacer crítica social y política a los eventos que día a día se ciernen sobre el país.
  
Cada estructura evoca los problemas sociales de nuestro medio.

    Este año, de manera segura, no faltarán creaciones alusivas al actual presidente hondureño y su séquito, asimismo, a los demás responsables de la precariedad a todos niveles en Honduras, como el exdirector del IHSS, principal sospechoso del descalabro de la institución médica.
 
La imaginación no tiene límite en los trinitecos.
  
  A propósito del evento, pedí una breve reseña a Delmer López Moreno, gestor y productor del Paseo Real de las Chimeneas Gigantes.

¿Cómo surge la iniciativa de construir las chimeneas gigantes?

  
  Surge de la necesidad de revalorizar y rescatar las tradicionales chimeneas de ocote, antigua tradición originada en el mundo precolombino, donde comparecía la humananidad alrededor del fuego. Es la misma que emplea la colonia española a través de la religión cristiana católica, en señal del paso de la Inmaculada Concepción de María. Nuestro papel hace 15 años como gestores de la cultura popular, fue el de motivar a que los barrios y familias se unieran y posteriormente transformaran la conocida forma piramidal en esculturas, para que la gente conviviera ese momento en torno a ellas, donde la luz del mundo va en busca de posada. Es así como Teatro La Siembra decide asumir su rol de motivador y va a los barrios, puesto que ya no se da abasto por falta de tiempo, y dispone, junto al pueblo, colocar las chimeneas en las calles principales, nombrando al evento Paseo Real de las Chimeneas Gigantes. Para ese entonces, la quema es protagonizada por el teatro popular, en tanto, la simbología abarca temáticas no solamente religiosas, sino que va desde la realidad local y nacional hasta la internacional; pero eso sólo es el inicio de algo que nace bajo la influencia profunda de la juventud del triniteco. 


Las calles se llenan de figuras de animales, personajes públicos e históricos.


Programa

  Se tiene previsto para el 10 de diciembre la instalación de las figuras que superan los ocho metros de altura; al día siguiente se expondrán y, finalmente, el día 12 de diciembre se quemarán.
  Esta celebración suigéneris en Latinoamérica alude a personajes mitológicos, históricos y sin duda, a los populares del país.
  La majestuosidad de cada estructura atrae cada año a más personas que llegan desde diversas zonas de la geografía nacional.
 
Problemas como el dengue y el chikungunya que azotan al país aquí se critican.
  
  Pero tan colosal y colorida manifestación no fuera posible sin la ayuda que prestan los vecinos, a quienes los organizadores desde ya les giraron invitación para que se hagan presentes con su apoyo en la parte logística, es decir, que preparen catres, hamacas, colchones, camas plegables, lonas y hasta cartones, puesto que la afluencia de personas este año superará los anteriores, según proyecciones de los organizadores.
  Los visitantes que opten por hospedarse en hoteles de la ciudad, lo podrán hacer en los siguientes: La Trinidad, Tetosqui, Getsemaní, La Estancia, El Pedregal, El Potrillo, asimismo, los que se ubican en La Unión y El Rodeo. Otra alternativa es quedarse en Santa Bárbara, el municipio más cercano a la festividad.
 
Suvenires de la Feria. Fotos: Cortesía Teatro La Siembra.
  

  Desde ya pueden prepararse para asistir a esta pintoresca y única manifestación cultural que se realiza desde hace quince años en la comunidad de La Trinidad, departamento de Santa Bárbara, noroccidente hondureño.  

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