Hablar de Ojojona es evocar un conjunto de características que de inmediato despiertan en la memoria su frescura, su historia y sus artistas más destacados; asimismo, las incontables alfarerías que ofrecen un sinnúmero de estilos a los que llegan a visitarlo.
Ojojona está ubicado en el departamento de Francisco Morazán, a 34 kilómetros de la capital hondureña, bajo la influencia del Cerro de Hula y al pie de la montaña de Payagoagre.
En este pintoresco municipio han nacido importantes personajes, como Samuel Valladares, Eduardo Martínez, López, el pintor Pablo Zelaya Sierra y el músico Francisco Ramón Díaz Zelaya, entre otros. De igual forma, posee no menos de 36 inmuebles patrimoniales de arquitectura vernácula que datan del tiempo de la colonia en Honduras, además, una particular cantidad de puentes, destacándose tanto La Bocana como El Cuzuco por sus originales diseños.
Ojojona está ubicado en el departamento de Francisco Morazán, a 34 kilómetros de la capital hondureña, bajo la influencia del Cerro de Hula y al pie de la montaña de Payagoagre.
El
Centro Histórico de la cabecera
municipal de san Juan de Ojojona fue declarado Monumento Nacional por el
Congreso Nacional, bajo el decreto No.
155-96, publicado en La Gaceta de 1996.
Una niña observa a través de la puerta de la Casa de la Cultura de Ojojona, institución desierta culturalmente. |
En este pintoresco municipio han nacido importantes personajes, como Samuel Valladares, Eduardo Martínez, López, el pintor Pablo Zelaya Sierra y el músico Francisco Ramón Díaz Zelaya, entre otros. De igual forma, posee no menos de 36 inmuebles patrimoniales de arquitectura vernácula que datan del tiempo de la colonia en Honduras, además, una particular cantidad de puentes, destacándose tanto La Bocana como El Cuzuco por sus originales diseños.
A
pesar de lo anterior, el municipio
padece de una total desidia de parte de los gobiernos locales en cuanto a
cultura, para enterarse mejor, habría de acercarse a hojear el Presupuesto
Municipal, el cual en 2010, sin irnos muy lejos, era de ridículos 1000 lempiras
al año.
A hoy, de acuerdo a la liquidación presupuestaria de 2015, existen para
lo que resta del año, Lps. 646.61 para ser invertidos tanto en cultura como en
deportes, información que se haya en el Portal Único del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP).
Cabe
considerar, sin embargo, la faena realizada desde 2006 por la sociedad civil
Amigos de Ojojona, liderada por el empresario Richard Vinelli, quien a menudo
ha colaborado con obras sociales y culturales para el pueblo; de similar
manera, se destaca la labor periodística ejercida desde 2005 hasta la
actualidad por las revistas de difusión
cultural El Tilinte (2005-2007) y la Guancasco; en tanto, hay agrupaciones
de jóvenes que siempre están entusiasmados construyendo arte.
Para
muestra, su servidor fungió como director del Consejo Local de Cultura desde el
2010 hasta el 2012, desde donde se logró rescatar el Paisanazgo o Guancasco, mismo que no se bailaba desde hacía 14
años; asimismo, ayudamos a visibilizar determinados colectivos artísticos que
sólo funcionaban localmente.
A
partir del desvanecimiento del Consejo, la cultura y el arte volvieron al
exilio. Es válido mencionar que el Guancasco sigue bailándose, aunque más como un
compromiso que debe cumplirse que como un ferviente deseo.
La
paradoja se tiene al alcance de la vista; pues como se refirió antes, existen en
el pueblo edificios antiguos restaurados recientemente por la Cooperación
Española que pueden ser utilizados para el disfrute de la cultura, derecho
humano inalienable establecido en la Declaración Universal de 1948, sin
embargo, el espacio construido para tales actividades, es decir la Casa de la Cultura, cumplió ya dos años
culturalmente inactiva.
En
su interior apenas funciona la Biblioteca Municipal Ladislao Valladares y junto
a ésta, el relegado Archivo Municipal, rescatado por iniciativa de un grupo de
estudiantes de Historia de la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), luego de que un exalcalde sin
escrúpulos embodegara los documentos en un cuarto de baño contiguo al espacio
donde funcionaba la Junta de Agua (…)
La Cooperación andaluza invirtió L. 2 667 440.03 en la restauración de la CCO. |
La cultura y el arte en Ojojona son
invisibles. Los excelentísimos señores alcaldes llegan al colmo de
confundir “turismo” con “cultura”.
La
Casa de la Cultura está siendo utilizada como espacio para celebrar tertulias
políticas, sesiones de Corporación Municipal y más recientemente, para celebrar
bodas civiles los jueves y los viernes de cada semana, entre otra orden de cosas.
Durante
dos años ha estado acéfala, no se le ha nombrado ningún director, puesto que la
Alcaldía Municipal jamás ha destinado presupuesto para su salario, muy a pesar
de que en el pueblo existan perfiles con competencias para tomar las riendas de
tal institución; hay personas que han estado involucradas en el quehacer
cultural durante años, que si bien es cierto necesitarían recibir más capacitaciones,
podrían fungir como gestores de este centro cultural.
Producto de las limitadas ideas, el desconocimiento cultural y la
categoría de dinosaurios de siglo XXI que poseen los alcaldes y sus consejeros
sobre las directrices de un recinto cultural, el inmueble permanece cerrado, o con
esporádicas aperturas para lo que se mencionó previamente.
Por
otro lado, otros no somos considerados, lógicamente por diferir de sus ideologías
políticas, quedando claro con esta actitud dos cosas: todos los espacios culturales siguen siendo politizados, y, la cultura
sí genera beneficios, pero a particulares: a activistas sin conocimiento
alguno.
Lo
más reciente es la separación de la
bibliotecaria Joselyn García, quien estuvo a cargo de la Biblioteca
Municipal. Esta persona tenía nueve años de estar a cargo de este espacio, el
que alternaba con la iniciativa de gestión de talleres de lectoescritura para
niños de escuelas de tierra adentro, pero que tras privarle progresivamente de
fondos, dejó de movilizarse. García fue fuertemente capacitada en bibliotecología por la Cooperación Española, la Biblioteca Nacional Juan Ramón
Molina, entre otro sinnúmero de instituciones, que al final no se tomó en
cuenta.
La bibliotecaria Joselyn García fue separada de su cargo, tras nueve años. |
Es
lamentable la situación cultural a nivel local, que tiene reflejo en todo
Honduras. ¿Quién no recuerda a cierto
ingeniero agrónomo que tomara las riendas de la extinta Secretaría de Cultura,
Artes y Deportes (SCAD)?
En
estos niveles estamos. Pero volvamos a Ojojona. El gobierno local actual tiene
el defecto de huir de la cultura y el arte, como todos los demás. Cada proyecto
que se le presenta se estrella contra su voluntad. El artista que se aboque a
esta instancia deberá ir sabido de que antes de sobrepasar esas puertas ya
cuenta con un no por respuesta.
Uno
se pregunta, ¿será que no hay transferencias desde el gobierno central, o es
que son demasiado bajas como para no separar un presupuesto para arte y cultura?
La verdad es que sí hay transferencias.
Cito
un ejemplo a continuación: en la pasada feria
en honor de san Juan Bautista, la honorable Corporación Municipal invitó al
grupo musical Tribu Lenca; de tal negociación no conocemos nada, pero se supone
un pago considerable, que incluso supera el mismo presupuesto destinado a la cultura municipal. Entonces preguntémonos
qué criterios siguen estos “servidores públicos”; cómo y cuándo es que debe
haber manifestaciones artísticas.
No
se discrimina de ninguna manera a esta banda, de hecho fue algo relativamente nuevo en el pueblo; sólo se muestra
sobre el tapete el por qué no se invirtió en grupos locales ese dinero, en esos
mismos artistas que tocan las puertas de las oficinas de la Alcaldía Municipal.
Es sencilla la respuesta, esta gente carece de conocimientos sobre
administración y gestión artístico-culturales.
Un
pequeño diagnóstico dejó en evidencia esto: para ellos el arte se resume a la
danza folclórica, el karaoke y poner a saltar jóvenes mediante el reguetón. Más
allá de eso no saben nada, y sí lo saben, dándoles el beneficio de la duda, no
les importa.
Por
ejemplo, si nos preguntamos qué proyectos sociales ha realizado esta
administración en lo que va de dos años, nos iríamos de espaldas; no ha hecho
nada en absoluto y lo que se ve, pues es
producto de un letárgico seguimiento a
las gestiones de anteriores administraciones (leves obras de infraestructura
vial).
Pese a tener Ojojona vastos espacios, éstos no se utilizan como se debería. |
Al
menos el 30 de octubre pasado hubo un evento conmemorativo al pintor Pablo
Zelaya Sierra, y el 21 de noviembre también se montó una Lunada Cultural, que
de lunada en sí no tuvo nada (…) Ambas, a iniciativas de gestores foráneos, de
la Asociación del Centro Histórico de san Juan de Ojojona (Acenhsao) y de la
Amhon, en las que si la Corporación Municipal invirtió, fue quizá su acto de
presencia. Esta es la situación actual en Ojojona, la gestión se hace con
recursos propios, de lo contrario el arte y la cultura ya hubieran
desaparecido; donde los alcaldes se empoderan de los eventos y se llenan la
boca diciendo que apoyan, mientras los artistas los desmienten.
Otra
arista es la indiferencia de los pobladores del municipio, personas con escasa
intención de actuar. Pese a todo esto, deben formarse comités, consejos,
colectivos críticos; reunir de nuevo a los principales actores del municipio y
a partir de allí elegir una directiva seria, con gente de peso, para pujar por
el empoderamiento de estos espacios culturales, de los que la gente del pueblo
es la dueña.
Se
debe crear y presentar un programa operativo con actividades bien sustentadas,
asimismo, instar a los centros educativos, desde los docentes hasta el
estudiantado, a reclamar estos espacios para sus manifestaciones artísticas.
El
Instituto Polivalente San Juan de Ojojona (IPSJO), para dar otro ejemplo, tiene
una población de al menos 300 estudiantes; pues bien, si cada sección, que han
de ser entre 9 y 12, organizara semanalmente un evento, ¿cuántas actividades se
tendrían?; así, el pueblo ya no permanecería tan vacío culturalmente, sólo viendo
a unos cuantos turistas deambular sin rumbo cada fin de semana…
La
idea es extensiva tanto para la Escuela Pablo Zelaya Sierra como para el Centro
Educativo Laura Vicuña. A éstos habrá que agregarle los grupos independientes
del municipio.
La
cultura y el arte en Ojojona están latentes, pero inexplotados. Se necesita
gente comprometida, con visión, a la que por ende deberá pagársele por sus
servicios, puesto que la gestión cultural es una profesión. Hay mucho por hacer
por este pueblo. Sólo queda organizarse y educar de a poco a sus pobladores y
de ahí apropiarlos de su cultura, ya que desde las alcaldías nunca se obtendrán
iniciativas mínimas de desarrollo cultural.
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