Bryant Rivera es un joven de 18 años de edad que ha decidido conocer todo Honduras a través de la
modalidad conocida como mochileo.
Lo encontré
en Ojojona, sentado junto a la Casa Pintor Pablo Zelaya Sierra, vendiendo
pulseras de hilo, las que exhibía en una especie de caballete; lo singular,
luego de verlo, fue que al pie de éste se hallaba una pizarrita que decía “+
ARTISTAS. - CORRUPTOS”.
Al
abordarlo, detalló algunas cuestiones como que ya lleva 11 meses conociendo
Honduras, que ha visitado 16 departamentos, gastado 2500 lempiras y que ha
recibido alrededor de 350 jalones en vehículos pailas, camionetas, furgones y
hasta en tractores en lo que lleva viajando.
También
reveló que todavía le hace falta conocer los departamentos de Gracias a Dios e
Islas de la Bahía, pero que “el transporte es lo que le dificulta el traslado”,
manifestó.
Si la idea es
economizar, ¿cómo hacés con el hospedaje si te toca quedarte?, le pregunté, a lo que respondió,“bueno, siempre cargo mi bolsa de dormir
(sleeping) y mi tienda de campaña; me conformo con que me destinen un patio”.
El mochilero
además expresó que no lleva consigo ningún botiquín en caso de enfermedad en el
trajín, “sólo intento comer caliente”, detalló. Según expresó, Rivera come
alimentos baratos: sardinas o baleadas, por ejemplo.
Respecto a
la artesanía que vende, dijo que la aprendió hace unos tres meses en el camino,
pues “uno va conociendo a otros artesanos”, pormenorizó.
Para dar a
conocer la cultura mochilera creó una
página en Facebook, llamada Mochileros en Honduras.
Una de sus
anécdotas es que el primer día que decidió salir a mochilear, se fue con
cincuenta lempiras. Se fue de Sabanagrande al puerto de San Lorenzo, sur
hondureño. “Sólo comimos frutas en el mercado; viajé con otro amigo; nos dieron
jalón en un Pick-Up que iba hasta Pespire, luego debimos tomar otro hasta
nuestro destino”, contó.
Desde
tiempos inmemoriales el hombre ha sido un nómada, la misma necesidad de
encontrarse a sí mismo lo ha impelido a buscar otros rumbos, mejores condiciones
de vida, como los migrantes, o simplemente encontrar la satisfacción que deja
el viajar para conocer y llenarse de mundo.
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