Ofrenda del Día de Muertos continuará hasta el domingo en el MIN



La ofrenda es una manera de recordar las almas de los difuntos. Se dice entonces que al que se recuerda no muere.

YONNY RODRÍGUEZ│TEGUCIGALPA

Faltan pocos días para que retiren del Museo para Identidad Nacional (MIN) la tradicional Ofrenda mexicana que se instaló desde el 1 de noviembre pasado.

La ofrenda del día de muertos es un elemento fundamental en el conjunto de tradiciones mexicanas del Día de Muertos, que consiste en instalar altares en honor de los difuntos de la familia, donde se ofrecen todo tipo de alimentos, velas y flores.

Un deleite visual. Los elementos representativos de la tierra y el fuego; abajo, los famosos alebrijes de Pedro Linares.

La ofrenda es una construcción simbólica resultado del choque cultural entre mexicas y españoles elaborada por los grupos que todavía mantienen la tradición de los pueblos originarios.

Los orígenes de la tradición del Día de Muertos son anteriores a la llegada de los españoles, aunque cabe mencionar que la representación de las ofrendas cambió a través de los siglos con la introducción del catolicismo en el México precolombino.

Alfeñique o calavera de azúcar, catrinas, el agregado baúl de españoles, Virgen de Suyapa, flor de cempasúchil y tequila. 

 

Niveles del altar u ofrenda


Los niveles de la ofrenda representan el mundo material e inmaterial o los cuatro elementos, en ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o la persona que recibe la ofrenda.

Así, pueden encontrarse ofrendas de tres niveles que representan el cielo, la tierra y el inframundo. También, se crean ofrendas de siete niveles, el más convencional y representa los siete niveles que debe atravesar el alma para poder alcanzar el descanso.

En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar ocho niveles en el Mictlán (inframundo de aquellos que murieron por causas naturales), cada uno representando un prueba para llegar al noveno nivel donde se encuentra Mictlantecutli, para lo cual debe pedir la ayuda del perro Xoloitxcuiltle para que la ayude a pasar.

Anderson murió el 6 de agosto en La Ceiba.

En este caso, la museóloga mexicana Josefina Reyes Hernández, a través de la Embajada de México, instaló una colorida y barroca ofrenda de nueve niveles.

Entre otros elementos se encuentran la representación de los cuatro elementos: el aire, a través de papel picado, la tierra con los frutos que provee la Madre Tierra como el cacao, el maíz y los frijoles, entre otros; el agua se representa colocando pequeños recipientes, del que se dice el alma llega a calmar su sed y, finalmente, el fuego, dejando las veladoras encendidas, lo que también significa el inicio de la festividad.

Coatlicue se halla en el centro de la ofrenda.

A decir verdad, esta tradición es compleja, como manifestó Josefina Hernández, puesto que cada elemento del sinnúmero colocados en la ofrenda tiene un significado propio.

Este año la ofrenda se hizo a los cantantes Juan Gabriel y Guillermo Anderson, asimismo, al crítico de arte mexicano Jorge Alberto Manrique fallecido el pasado 2 de noviembre.

Los ofrendados: Juan Gabriel, Guillermo Arderson y Jorge Alberto Manrique.

Entre otros elementos apreciados en la ofrenda del MIN están el revolucionario Pancho Villa, una Frida Kahlo, el busto de un Benito Juárez, la diosa de la tierra Coatlicue, su hermana Coyolxauhqui y Huitzilopochtli, su hijo, representado a través de coloridas plumas de colibrí.

El Tzompantli o muro de calaveras mexica.

En torno a la ofrenda también se encuentran el Tzompantli o muro de calaveras, una especie de empalamiento público de cráneos de los cautivos sacrificados para honra de los dioses; además de la pareja formada por la Catrina y el Catrín, vestido de charro.

La museóloga mexicana Josefina Reyes Hernández.

La muestra estará abierta hasta este próximo domingo 20 de noviembre a petición del Museo para la Identidad Nacional, en tanto Josefina Reyes servirá talleres de museografía y Conservación del Patrimonio en varias universidades.

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