¿Qué monigotes se quemarán este año en Ojojona?


Figura elaborada en barrio El Carrizal. Fotos | YR.


YONNY RODRÍGUEZ | Ojojona

La tradición de construir monigotes para fin de año continúa en Ojojona. A finales de los ochenta, un grupo de amigos del barrio La Pesa comenzó a elaborar estructuras para quemarlas en la última noche del año.

Según la costumbre, el año viejo, pichingo o muñeco representa las penas, los dolores o los valladares que el hondureño soportó a lo largo del periodo que caduca, por lo cual, pasarlo por el fuego significa sacudirse esa estela de malos ratos.

Muchos de estos monigotes también se elaboran con la finalidad de denunciar los actos de corrupción más sonados durante el año; otros aluden cómicamente a personajes políticos o de la televisión nacional para motivar la curiosidad y promover la risa.

En Ojojona el panorama cambia; no son flácidos monigotes rellenos de ropa vieja y pólvora, sino recias estructuras elaboradas con técnicas de piñatería y carpintería de saludable pino o encino.

Por tanto, la madera, la corteza de suyate, el zacate, el periódico, el almidón, las pencas de maguey, el cabello humano, el pelo de las colas de vaca, entre otros, forman parte de los materiales utilizados en la construcción de las estructuras.

Antes se forjaban solamente en el referido barrio La Pesa, pero en los últimos seis años la tradición se extendió hasta los barrios Españita, Carrizal, Yucanteca y Camino Blanco.

Primer recorrido


En el barrio Yucanteca hay dos personajes en la misma casa. El primero es Kratos, un General de la fuerza espartana aparecido en videojuegos como God of War, SoulCalibur y Mortal Kombat. Es un carácter ampliamente conocido.

Monigotes | Kratos, de God of War, la mantícora y el monstruo fantasmal del bosque.

El otro es un ser mitológico monstruoso llamado mantícora con cuerpo de león, alas de murciélago y cabeza humana. Se ve fiero y poderoso; tiene barba, densa cabellera leonina y una dentadura afilada. Su cola es larga y la parte final está rematada por un aguijón parecido al de un escorpión.

Ambos fueron construidos por Francisco Javier González, José Alberto González, Jaime Alberto Alonzo y Carlos Enrique Membreño, aunque todavía les faltan detalles, sobre todo la pintura.

Al otro lado del pueblo, en el barrio El Carrizal, la familia Díaz Pérez y amigos elaboran un grotesco personaje, nítido y de gran porte que semeja a un monstruo salido de las entrañas del bosque con largos y afilados dientes y un cuerpo aparentemente cubierto de raíces.

Durante los trabajos en el monigote de El Carrizal.

Todo lo anterior refleja el afán de  los creadores por construir una estructura que cause temor y admiración en la gente. En consecuencia, el 31 de diciembre muchos habitantes se desplazan por los barrios de Ojojona para observar estas figuras.

Sin embargo, no están solas; en torno a ellas se crea un minicarnaval donde no faltan la música, las luces de colores, la comida y el piquete a fin de amenizar la noche final y conceder la bienvenida al nuevo año.

Para mantener la fidelidad a la costumbre, este año los personajes se exhibirán a partir de las cinco de la mañana y así permitir que la gente pueda acudir desde la mañana a presenciarlos.

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