La mitad de mi cerebro, primer libro de Edgardo Molina


REDACCIÓN │ Estelí

El escritor nacional Edgardo Molina presenta su primer libro titulado «La mitad de mi cerebro».

La obra contiene una serie de ficciones que abordan temas como los problemas sociales, la filosofía y el amor, asimismo, intenta explicar y hacer reflexionar al lector sobre la urbanidad e identidad social desde una perspectiva artística literaria dotada de ironía, juego y fantasía.

El reto del libro es ayudar a despertar de las situaciones cotidianas que pasan desapercibidas pero que constituyen la identidad nacional.

El libro fue editado por el español Juan Bonilla Gago, Premio «Mario Vargas Llosa» y Nery Alexis Gaitán, Premio «Ramón Rosa».

Sobre el autor

Edgardo Molina, nacido en Tegucigalpa, es Licenciado en Letras con Orientación en Literatura por la UNAH. Actualmente trabaja el área social. También fue cofundador de los colectivos artísticos Xoxonal y Apolión.

Los interesados en adquirir el libro pueden escribir al WhatsApp  8833-5046, o escribir al correo medanostempanos@gmail.com. En días subsiguientes estará a la venta en las principales librerías de Tegucigalpa y San Pedro Sula.

A propósito, compartimos un par de narraciones contenidas en la obra.


El cambia mentes

El 12 de marzo de 2435 se inventó la primera máquina cambia mentes. El caso es que entre humanos todo iba bien, entonces decidieron probar con animales. Eligieron al animal más cercano al ser humano para la primera prueba, el perro era un aguacatero de pura sangre y el sujeto un vagabundo. El doctor les puso los electrodos en la cabeza y en dos minutos, todos los archivos mentales se trasladaron del uno al otro. El perro se puso en pie, y nada. Siguió siendo perro. En cambio, el humano con mente de perro, empezó a ver todo muy rápido. Comenzó a aprender aceleradamente. La percepción temporal del perro se quedó en el cuerpo del humano, entonces comenzó a vivir más rápidamente pues pensaba que cada año eran como diez para él. Y fue así como la humanidad paso su mente a los perros y los perros pasaron su mente a la humanidad. Desde ese año, ya pasaron cien años y desde entonces; los perros ya no son fieles, ahora los humanos lo somos. Los perros hacen las guerras, no los humanos. Entonces es por eso que hemos decidido qué: matando al perro se acabó la rabia. Este mundo es para los humanos no para los perros. Sacrificaremos a los perros para vivir en paz.

La mascota filosófica

Después de perderlo todo, un hombre pidió un único deseo al universo. Su deseo fue encontrarse a sí mismo; saber con claridad qué es lo que realmente pensaba, así y solo así, sabría cuál era la razón de su existencia. Al día siguiente su deseo fue concedido: Encontró un loro en su ventana.