El poeta comayagüense Alberto Destéphen en el lente de Fabricio Estrada. |
ALBERTO DESTÉPHEN SOLER.
Es hondureño, nació en San Luis, Comayagua; ingeniero eléctrico industrial
egresado de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Tiene una
maestría en Matemática Educativa por la Universidad Pedagógica Nacional
Francisco Morazán (UPNFM). Asimismo, ha cursado estudios de Física. Docente de
la UNAH y la UPNFM en el área de Matemáticas. Publicó los libros “Raíces
nocturnas” (1998), “Palabras con tierra” (2002), “Manzanos del Edén (2005) y
“Salve invierno”, entre otros. Actualmente dirige el conversatorio artístico
Café y Té y 13 Lunas Revista Cultural.
PALABRAS LÍQUIDAS
Ven,
vamos
a
las líquidas señales.
A
la lozanía de las vertientes,
a
los aromas,
al
agua de los arroyos.
A
los pájaros azules de los ríos,
a
los pechos de la luna,
a
las lunas de tus pechos.
Al
agua que está cayendo
en
mis manos,
del
agua de tus manos.
MANZANOS DEL EDÉN
No
eran los pinos de intenso color,
ni
el río que cruzaba una sola vez,
en
donde las sombras de nuestros deseos
enlazaban
nuestras manos y besos.
Eran
tu mirada y la mía,
alambres
en el viento
donde
los pájaros sostenían
su
concierto estival.
No
era el agua que caía de tu boca
ni
la curva de tu vientre,
donde
lentamente
fluía
el dolor de mis manos.
Era
la serpiente, la serpiente del Edén,
que
nos daba el secreto de Dios
mientras
los ángeles dormían.
JAQUE AL MIEDO
Desde
aquí
hago
jaque al miedo.
La
noche
es
un juego del sol,
las
libélulas,
milagro
del río.
Desde
la galaxia de mis ojos
no
imploro
un
jeroglífico de la bondad.
Solo
quiero
el
prodigio
de
la ciudad de las hormigas.
LA PUERTA
Entro…
la
nostalgia baja de la madera,
la
puerta tiene aroma;
polilla
de nombres,
residuos
que tocan mi corazón.
Letrero
de “STOP”,
tedio
de las calles
de
los mismos nombres de las cosas.
Silencio
entre ella y yo,
entre
su mirada y mi soledad
Salgo…
siento
el golpe de la cerradura
apretada
a su pecho.
Llora
mi ausencia
descubriendo
mi
rostro en el espejo.
PARADOJA
Mi
mente no para su reloj
en
la red de las comedias.
Vidrea
la muerte
hilando,
despedazando
el peso
que
no soportan mis ojos.
En
el eco de mi espasmo
explotan
mis células.
Cámaras
vigilan las rutas
donde
es imposible reír con pureza.
Mi
ropa es cómplice,
mis
zapatos enemigos de la tierra.
No
confío en el reflejo de la luna,
en
mi desnudez luzco perfecto.
SEMEJANZA
Ha olvidado
a
quienes
sepultaron
los sueños,
a
los que detuvieron sus lunas.
Fuera
de los celajes
más
allá del azul,
entre
todos los días,
más
allá de los días,
están
los sonidos
del
orden pleno.
-Es
la perspectiva de la semejanza,
la
clara y perfecta vista de los hombres-
Se ve
henchida de sueños,
de
sueños prohibidos
que
acechan.
Sale
por sus ojos
el
sol
desde
que se inventa colosal.
Se
mira desde las manos,
desde
los pies,
desde
su sombra;
desde
la leve luz en su pecho.
Son sonoros
los días
y
absurdas las calles;
en
sus ojos brota el agua
desde
que por su pecho
entran
y salen los sueños.