La neblina que arropa la iglesia san Juan Bautista evidencia la caída del temperatuta por la noche. Fotos│Noé Varela. |
YONNY
RODRÍGUEZ | Bucentauro
Ojojona
es un pueblo con una cultura e historia potentes, esto último motivó el tráfico
de turistas desde los años treinta, el que no ha parado desde aquel entonces.
Sin
embargo, son pocos los alcaldes que han intentado asumir estas bondades con
responsabilidad, más bien hundieron al pueblo en el letargo, una especie de adormecimiento
con ventajas, si bien, pues, permitió que éste conservara casi intactos sus
inmuebles patrimoniales, no así, algunas de sus tradiciones orales.
Para
citar algo condenable, refiramos la «remodelación» del puente El Cuzuco por
parte de un errático alcalde. Los documentos afirman que dicha infraestructura
poseía la forma del lomo de éste animal, sin embargo, las vagas nociones de
ingeniería y modernidad del susodicho edil destruyeron la obra, y en su lugar
mandó sembrarle las dos paredes actuales.
Parquecito del Ojo de Agua inaugurado en 2013, por la noche se crea esta atmósfera. |
Lo
mentado es un problema histórico en toda Honduras: no hay paridad entre, por ejemplo,
infraestructura y cultura, o entre educación y salud y cultura, defectos que
reflejan la carencia de identidad nacional y local como de voluntad política y
conocimiento cultural.
El
escenario no parece cambiar. A regañadientes, nuestros alcaldes disponen un
pírrico presupuesto para la realización de actividades tradicionales como las
ferias, desde allí no se vuelve a saber más de manifestaciones culturales; el
ejemplo más visible es la disfunción de la Casa de la Cultura, algo meramente
inmueble, estético y subutilizable.
Hace
falta, primero, su descentralización, luego, la conformación de un comité
cultural responsable y comprometido y, finalmente, el nombramiento de un gestor
cultural que ejerza de manera eficiente esta labor.
La fuente de aguas celestes y fieles, al fondo, un pequeño espacio común. |
Pero
para ello es importante convocar una reunión, asistir con entusiasmo y, sobre
todo, sin prejuicios de cualquier género.
Si
tomamos como ventaja el hecho que cierto patrimonio cultural tangible e
intangible sobrevivió a la recia ignorancia de los gobernantes locales, se
pueden potenciar aspectos varios como el Centro Histórico, los personajes
ilustres, el guancasco y por qué no, las minas de Guazucarán.
Por
nuestra parte y en esta senda, desde hace más de un año emprendimos con el
fotógrafo Noé Varela una campaña de difusión de estos bienes con el único afán
de educar en historia y cultura.
El habitante de Ojojona ya está acostumbrado a sentir el túmulo natural del puente La Bocana. |
Así,
en este corto lapso, hemos hecho varias entregas de personajes populares como
de postales de edificios notables con nuestro particular modo de ver y de
contar las cosas. A este sentido, queremos dejar claro que este es un trabajo
voluntario donde asumimos responsablemente nuestra cuota de expresión, asimismo
no dependemos de nada ni de nadie, más que de nuestra voluntad.
Sin
embargo, como todo medio de comunicación alternativa, no descartamos
estipendios provenientes de la publicidad de posibles clientes o de entes que
se acerquen con el objetivo de ayudar a que sigamos en el ejercicio del
periodismo cultural dentro del municipio.
Sí
rechazamos con desdén y furia, amparados en nuestra dignidad, criterios y
valores, aquellos que nos abordan con mentiras y disuasiones que se diluyen
como el humo, como recientemente ocurrió.
La puerta de entrada a Ojojona, uno de los 17 puentes que posee el casco urbano del municipio. |
Expuesto
lo anterior, llegó la hora de presentar la segunda parte de la serie de
fotografías que iniciamos la semana pasada.
Segunda entrega
Como
se refirió en las primeras fotos, esta serie se concentra en hallar aspectos
desconocidos en lo perfectamente conocido, es decir, capturar un detalle
específico de un edificio, de un lugar, más una pequeña cápsula histórica.
En
esta ocasión partimos desde el barrio Abajo hasta llegar a los linderos de la
posta policial a modo de registrar la zona del Ojo de Agua, el puente La Bocana
y la arboleda de eucaliptos contiguos al pabellón artesanal. De allí partimos
hasta el barrio El Jazmín donde teníamos pendiente tomarle fotos a la segunda
casa de alto todavía en pie.
Postal captada desde las afueras de la posta policial, en frente, árboles de guajiniquil y eucaliptos refrescan la vista. |
Quisimos,
por tanto, hacer las fotos por la noche para exponer otra perspectiva de
Ojojona, que la gente salga a disfrutar este espacio privilegiado, su
temperatura que cae sorprendentemente cuando el pueblo se cubre de sombras,
pero que la respuesta a esta oscuridad por parte de la luz reside en el blanco
de las paredes de sus casas antiguas.
Las
noches de Ojojona no se diferencian en nada de las noches rachadas de Santa Ana
ni existen abismales diferencias en cuanto a arquitectura vernácula respecto a
cualquier otra villa o pueblo hondureño, sencillamente el municipio posee lo
suyo: un botín cultural e histórico en particular.
Quedan,
fieles y estimables lectores, en poder de esta nueva serie de fotografías del
singular pueblo de Ojojona. Sabrán ustedes qué valor darle, cómo hacer suyo el
terruño que los vio nacer y sigue viéndolos crecer.
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BUCENTAURO
GALERÍA
Casa de alto en el barrio El Jazmín propiedad de la familia de Erazo: disfruten la magia. |
Entrada a la plaza central desde el parqueo de la Alcaldía Municipal. |
Fachada de la Casa Consistorial, excabildo municipal durante la época colonial. |
Calle Guancasco hacia la iglesia El Calvario. |
Otra postura de la casa donde creció nuestro pintor modernista Pablo Zelaya Sierra y antiguo museo local. |
Aparenta un gran bonsai, «el palo de hule» es motivo de recuerdos para muchos ojojonenses. |
LO FEO│Algunos basureros están mal ubicados y restan belleza al paisaje del centro histórico. |