Parte posterior de la Biblioteca Nacional. |
YONNY
RODRÍGUEZ | Tegucigalpa
La
pared que sufriera daños a mediados de octubre del año pasado a raíz de las
lluvias finalmente se derrumbó la mañana de este miércoles sin causar víctimas y
los daños materiales no pasaron a más.
En
aquella ocasión un contingente de la Dirección de Cultura instaló andamios y
tablas de madera para evitar que la pared cediera mientras se esperaba el
dictamen del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), pues el
inmueble posee valor patrimonial.
Días
después del derrumbe, esta institución encomendó a un grupo de arquitectos y
antropólogos para que realizaran una inspección quienes al finalizar
determinaron que el sitio debía ser intervenido de inmediato.
Enseguida,
el IHAH diseñó un proyecto de restauración y lo entregó a la Biblioteca para que
sus autoridades procedieran a gestionar fondos en diversas entidades
gubernamentales o extranjeras.
Es
importante hacer mención que este inmueble tiene 236 años de antigüedad y ha
conservado durante todo este tiempo sus paredes de adobe, un material de
construcción altamente permeable por el agua.
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