YONNY RODRÍGUEZ
johnnyrod2015@gmail.com
Hace
42 años Rubenia instaló su chiclera. Es ese lapso ha visto pasar cualquier
cantidad de generaciones por la Escuela Pablo Zelaya Sierra y por el Polivalente San Juan.
Rube habitó esta casita por años, hoy sólo va "de pasada"; vive con sus hijas. Fotos | Varela, Noé. (2017). |
Rube
es de Valle de Ángeles. Allá conoció a Pancho
cuando éste trabajaba para el mineral del lugar. Entonces se enamoraron y a
continuación se mudaron a Santa Ana, luego de un tiempo arribaron a Ojojona y se
establecieron de manera definitiva.
Estaba
jovencita cuando se la trajo. Hoy tiene 67 años, sin embargo, eso no la hace perder
la alegría que la caracteriza, tampoco el deseo de vivir la vida con determinación.
Cuando
es preguntada sobre qué cosas la ponen feliz, –compartir lo poco que tengo con
los niños y los ancianos –dice, mientras los ojos se le van agüitando en un
gesto de humana alegría.
Rube
es polifacética, jovial, entretenida; no
pretende agradarle a nadie ni se llena la boca de chismes. Es trabajadora, eso
sí. A sus hijos los crió sacando arena, haciendo
adobes, limpiando solares, lavando y planchando ajeno, vendiendo leña y
cantando de feria en feria.
¿Cantando?
Sí. Rubenia siempre ha escrito canciones y poesías. Esta faceta la adoptó como
una manera de sobrellevar la partida física de su hijo Héctor. Escribe en cuadernos
únicos. De hecho, dijo que compuso una canción para Jorgito el alcalde de Santa
Ana, y otra para el padre Tony.
Un retrato que refleja la mujer valerosa que es. |
Cualquiera
la recuerda usando un sombrero de ala ancha y unas botas azules para no mojarse los
pies en invierno. Rube buscaba la forma de no faltar; sabía que la esperábamos
con afán para comprarle charamuscas o cualquier otra chuchería.
Esos
momentos han desaparecido. La escuela levantó sus muros e instaló un portón. Con
los años el colegio también modificó su estructura, lo que la desplazó todavía
más. Pero ella sigue allí, ha perseverado.
Es
probable que Rube haya madurado demasiado pronto y que en este proceso se haya
dado cuenta de que su bandera siempre sería estar alegre, hallarle el lado blando a las circunstancias. Hay gente que se aferra y se afianza a la vida: Rubenia
Margarita Cerrato es un ejemplo notable de simpatía y entereza.
Sólo
quien no se ha dado el chance de compartir con ella no sabe qué es reírse al
menos tres veces por minuto de sus ocurrencias y disparates. Parece una cipota,
cuenta chistes, anécdotas y hasta se ríe de sus propias experiencias.
Con Rube se platica de todo, y a cada cosa que dice le aplica su particular toque de gracia. |
¿Alguien
la vio alguna vez apoyando al España? Era un espectáculo. En una ocasión un
leve tornado le levantó la venta, incluso la mesita fue suspendida por unos
segundos en el aire, pero eso no le impidió seguir apoyando los jugadores.
Le
pedí una anécdota que la haya marcado. Contó que una vez se quedó sin venta,
por lo que debió ir hasta Santa Ana a buscar mercadería. Salió a las cuatro de
la mañana, cuando iba a inmediaciones de la casa de Rafael Zelaya se deslizó y
cayó en la quebrada introduciéndosele una estaca cerca del vientre. Este
accidente la alejó tres años. Se afligió. No sabía qué hacer en ese estado.
–Dios
es grande. Los Retes, la profesora Ana Rosa Elvir y las monjitas me ayudaron
–confesó agradecida.
Una postura relajada. Siempre da un consejo, propone; dice que aún puede trabajar duramente. |
La
pone triste saber que a su edad ya no le dan trabajo, aunque los maestros del
colegio son buenas personas y la dejan vender adentro. Rube siempre convida una
parte de lo que tiene. El día que platicamos me regaló dos mandarinas. Y esto
es lo bonito, estar al par de una persona que no da para recibir a cambio, un
ser humano diáfano, carente de envidias y pasiones miserables.
Rube
es parte de nuestra vida cultural. Desconocer este aspecto sería ruin,
un crimen. La seguimos por semanas hasta finalmente dar con ella. Así, con
satisfacción le dedicamos este pequeño homenaje, pues como dijo ella, “está bien que a una la reconozcan en vida porque
ya muerta, para qué putas”.
Para
contrataciones en ferias y eventos populares, pueden llamarla
directamente a su número: 9903-8529.
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GALERÍA
No hay ocaso en Rube. Se ve radiante y llena de vida. Hay Rube para rato. |
Siempre hace reír. Compartimos la edición impresa de nuestros medios de comunicación. |
Rube es una señora que después de un rato genera ternura. |
Rubenia Margarita Cerrato, hoy. Foto para la posteridad. |