“La disciplina hace que el artista pueda seguir haciendo su trabajo en este país que no le genera posibilidades de empleo”, Lucy Argueta


Fotografías: Yonny Rodríguez
Este 19 de mayo se inauguró la Exposición Núcleo/Nómada 05 en el Centro Cultural español (CCET), a cargo de la Escuela Experimental de Arte (EAT), codirigida por Lucy Argueta, con quien tuvimos la oportunidad de conversar sobre esta quinta edición.

¿Cómo nacen las exposiciones Nómada 05?

Provienen de un proyecto que tenemos con la Escuela Experimental de Arte (EAT), una organización orientada a educar a través del arte, sobre todo arte contemporáneo, y que tiene como fin abordar procesos con jóvenes creativos, es decir, conceptos, análisis de la obra… Nómada, en sí, se gesta a partir de estas necesidades de crear espacios para los que están produciendo a nivel nacional; surge en 2011 y esta es ya nuestra quinta edición aquí en el CCET.

¿Cuál es el proceso para montar una exposición de Nómada?

Es más que nada un proceso de tres meses de impartimiento de talleres enfocados a la discusión de la obra de arte, a conocer los procesos artísticos que se están dando en la región o a nivel internacional y el resultado, o exposición, es la culminación después de cierto tiempo. Son seis meses de trabajo con los artistas. Asimismo se analiza la propuesta de cada uno de ellos a través de diálogos; también se invitan artistas de fuera para que vengan a dar talleres.

¿Qué número de obras se encuentran expuestas?

Trabajamos con 11 a 15 artistas normalmente. También les hacemos la invitación a otros para que expongan. Por ejemplo ahora tenemos a dos invitados, Federico Rosa y Paul Ramírez Jonas, luego tenemos nueve proyectos de artistas locales; esto hace un total de 11 obras.

¿Cómo se llama el tipo de arte que emana de la EAT?

Nosotros trabajamos específicamente con arte contemporáneo, puesto que la Escuela surge mediante la iniciativa de dos artistas visuales, entonces es importante enfocarnos en la parte que manejamos. Y lo que se puede observar en la exposición es puro arte contemporáneo que va desde  pintura contemporánea, una videoinstalación, ilustraciones y fotografías.

Hable un poco de su residencia artística en Costa Rica

Es un proyecto personal, y en este caso, nos invitó a exponer el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), de San José, uno de los más importantes en la región. Es básicamente una muestra de nuestro trabajo realizado a través de estos años (Dulce Fetiche); Léster (Rodríguez) tiene un poco más de experiencia, lleva muchos años más produciendo (Territorio Infinito). Son obras que no se habían visto en Costa Rica. Esta exposición va a estar dos meses; se instaló el 13 de mayo y se desmontará el 8 de julio. La experiencia ha sido muy grata y tuvimos la oportunidad de trabajar con María José Chavarría, una curadora que siguió nuestro trabajo vía intercambio de correos y llamadas, y al final el resultado ha sido muy bueno. De igual manera, pero esto ya con la Escuela, estamos invitados casualmente allá mismo, en San José, por la Fundación Teorética a hacer una residencia. Estaremos un mes exactamente llevando un poco de lo que hacemos con la EAT, es decir, el arte contemporáneo, la producción artística; compartir con los artistas de San José. La verdad es que todo este año apunta a Costa Rica.

¿Qué se necesita para ser exitoso en el arte en un país como Honduras?

Yo creo que no hay ninguna fórmula para producir arte más allá de que el artista debe formarse, tener una producción activa y tener olfato para saber cómo y en qué espacios quiere producir y presentar su trabajo; la disciplina es el componente que hace que el artista pueda generar y seguir haciendo su trabajo en este país tan violento, que no genera posibilidades de empleo a los artistas. Hay que buscar espacios alternativos porque no contamos con (suficientes) galerías; hay pocos museos que les abren las puertas a los artistas, a no ser que tengan un nombre.

¿Qué experiencia ha tenido con el arte desde la institucionalidad?

Mi experiencia no ha sido mala. De una u otra forma entiendo qué es la institucionalidad porque he tenido que aprender por medio de la organización (EAT) y las relaciones que hay que formar, ya no como artista sino como gestora tal como la Escuela. No obstante creo que todavía la relación de la institucionalidad con los artistas es complicada. Es bien difícil llegar y presentar tu trabajo sino se tiene un nombre; no creen en sus procesos. Y pocas veces apuestan por los jóvenes artistas. De allí que decidiéramos trabajar con ellos.

¿Qué otras muestras       y proyectos están en camino?

En octubre o noviembre esta misma exposición se montará en Guatemala. Falta por confirmar las fechas. Asimismo, tenemos los talleres de capacitación técnica en oficios. Tenemos proyectos en las comunidades y también por culminar un proyecto paralelo en Nicaragua con otra organización, para trabajar el arte en las comunidades, por ejemplo en Cane, La Paz, con jóvenes y movimientos que nacen allá o mujeres que ejercen las gastronomía.

¿Las obras expuestas en esta Nómada responden a la realidad nacional?

Creo que algunos trabajos sí. Todos los artistas responden a sus necesidades, aunque no todo debe ser así. Algunas obras reflejan la violencia que se genera en nuestro país, pero en otras vemos el abordaje de otros temas; eso es lo bueno de una exposición, que el público pueda ver que es una muestra heterogénea.
                       





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